La salida de la ministra de Gobierno, Alexandra Vela, por discrepancias con el presidente Lasso, en especial sobre la muerte cruzada, podría ser una especie de cambio de fusible para aplacar la pugna entre el Jefe de Estado y la mayoría de la Asamblea Nacional, problema que se agravó por el archivo del proyecto de Ley de Inversiones sin el debido análisis y la acusación de chantajistas, ladrones y extorsionadores que hizo el Primer Mandatario a cinco militantes de Pachakutik, a quienes denunció en la Fiscalía que exigieron el pago de dinero en efectivo, injerencia en diversos organismos públicos y otros beneficios personales como condición para dar su voto favorable.
Lo novedoso es que entre los acusados por el Jefe de Estado consta la asambleísta Rosa Cerda, quien hace algunos meses fue sancionada por el Plenario por la exhortación a sus coidearios, en una concentración. en Napo, que “si roban, roben bien y no se dejen ver…”
Tan pronto como Francisco Jiménez asumió sus funciones de Ministro del Interior, portafolio que, junto al de Seguridad, reemplazan a la Cartera de Gobierno, manifestó que tenderá puentes y mantendrá la política de puertas abiertas para dialogar con miembros de las diversas bancadas de la Asamblea, de la que formó parte hasta hace pocos días. En contraste, el Jefe de Estado afirmó la víspera: “Debo gobernar de aquí en adelante sin considerar que existe la Asamblea, porque es evidente que ellos quieren bloquear al Gobierno” y anotó que lo hará mediante decretos y reglamentos, que le faculta la Constitución, posición que ha sido objeto de críticas, pues, se la considera imposible de cumplir.
Mientras tanto, integrantes del inefable trío: Correismo, Pachakutik y PSC persisten en su empeño de “evaluar” al CAL, como paso inicial para cambiar a los miembros del Cpccs y nombrar autoridades de control que convengan a sus intereses y, de paso, destituir a la presidenta de la Asamblea, Guadalupe Llore.