Los gurús siguen dándole vueltas al tema este de la Reserva Internacional, al argumento de que son nuestros depósitos, a la eventual disposición de esos recursos por parte del Estado para ser gastado y al escándalo que esto representaría. Muestran ahora un balance al 30 de abril de este año en donde el saldo de la Reserva asciende a los $8.000 millones, mientras que los depósitos de la banca en esta, a los $6.000 millones aproximadamente.
Si tomamos como referencia el reporte del 10 de abril de este año de Asobanca, se puede obtener que a marzo de este año los depósitos lograron un valor aproximado de $45.000 millones. En este sentido, si se analiza cuanto en efecto representan estos $6.000 millones dentro del total de depósitos de todos los ecuatorianos en la banca, encontramos que equivalen al 13,3%.
Adicionalmente, de acuerdo con el BCE, la definición que se le otorga a estos $ 6.000 millones es bastante clara: “Son los depósitos que las entidades financieras mantienen en el BCE por concepto de encaje”. Es decir, al ser encaje, es dinero que no está a libre disponibilidad de la banca. De ahí que esa denominación de “Reserva de Instituciones Financieras” que usan, puede sacar de contexto las cosas. El encaje legal le pertenece al BCE, no a la banca, ¡y punto!
Entonces, cuando esos $6.000 millones representan el 13% del total de depósitos en el sistema financiero y es además un dinero del cual no puede disponer la banca, realmente genera dudas el énfasis y tono del debate sobre este tema. En el mejor de los casos, si los gurús realmente desearan precautelar los depósitos de los ecuatorianos deberían más bien apuntar al 87% de estos y no solo a ese 13%. ¿No creen?
La economía necesita inyección de dinero para que la demanda se dinamice, el sector productivo prenda más máquinas y contrate más empleados. De acuerdo, que el BCE no le preste al Gobierno Central, pero ¿por qué no pensar en que el BCE sí pueda prestarle a los GADS y a la misma banca? ¡Qué va! No proponen nada.