Tanta es la práctica criminal en estos tiempos en nuestro Ecuador, que su información nos aflige todos los días.
Ya nos referimos a la criminalidad en el tránsito. Con la misma amplitud y mayor gravedad conocemos hechos delictivos que tienen que ver con el don más preciado de un ser humano, su vida y la de los miembros de su familia. La actividad de comercio de estupefacientes está creciendo a ritmo acelerado y casi todos los días, sin excepción, nos informan de “ajustes de cuentas”, entre distribuidores que se disputan territorio para la venta. Ya ni las escuelas ni los colegios están libres de la agresión, lo cual comporta una siembra temprana de adictos y ya se sabe que quien cayó en ese vicio puede ser considerado –aunque se restablezca- un ser disminuido para trabajar.
Un valioso periodista investigador –el señor Geovanny Tipanluisa, Editor de Seguridad y Justicia de EL COMERCIO, hace pocos días reveló la ocurrencia de violentos asaltos en taxis, robos a conductores en intensos embotellamientos; ataques armados a gasolineras y locales. Indica que de los seis delitos más comunes, en cuatro hay un incremento: el primer trimestre del año 2018 y el presente 2019, el robo de motos aumentó en 35,18%; el robo a personas, en 11.38%; el de locales comerciales, en 12,48% y el de carros en 8,57%.
El robo a personas se elevó en 17 de las 24 provincias y sus capitales. Los atracos a locales comerciales aumentaron en 16 provincias.
En otro informe, el señor Tipanluisa nos recuerda que en la Policía operan 40.000 hombres quienes deben perseguir asesinatos, extorsión, narcotráfico, secuestro, malversación de fondos, tenencia ilegal de armas, plagio, abuso sexual, asociación para delinquir.
La delincuencia actúa en grupos organizados. Se disfrazan de policías, o militares y hasta miembros de la internacional DEA, para ingresar a casas y locales, bajo pretexto de investigación y se llevan todo lo que pueden.
Otro valioso periodista investigador, el Macroeditor señor Dimitri Barreto P. nos recuerda que han invertido millones en cárceles regionales (Cotopaxi, Guayas y Azuay).
Igualmente, el referéndum correísta del año 2011 que alivió la continuidad de presos que habían cumplido seis meses o un año sin sentencia; y también que para el año 2011 había 13.000 prisioneros y en el año 2013 superaban los 24.000. Por nuestra cuenta consignamos, sin confirmación, que el número de presos a la fecha se acerca o ya superó los 40.000.
¿Continuaremos conociendo, cada día, la captura de grandes cantidades de cocaína y marihuana; descubrimiento de pistas para avionetas que llevan ese cargamento; de submarinos dedicados a su transporte y hasta de pescadores que proveen de gasolina mar afuera a los transportistas de drogas? ¿Y el constante asesinato de mujeres (femicidio)?