Walter Spurrier
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Contrario de lo que pasa con la población general, la dolarización no es universalmente popular entre economistas.
¿El motivo? La dolarización quita al Banco Central la capacidad de emitir y así regular el medio circulante y financiar al presupuesto del Estado, y por otra, de devaluar.
Relativamente pocos economistas han investigado y escrito al respecto. Un trabajo digno de destacar data de 2004 y es de un apreciado profesor de la Universidad de San Francisco, quien después de pasar revista a escritos de defensa de la dolarización y de los peligros de una salida, señala que “la parte técnica tendría que enfrentar tres problemas fundamentales interrelacionados entre sí”. El primero, “crear nueva moneda”.
El Código Monetario satisface este primer criterio del profesor Correa Delgado, al introducir una moneda electrónica, manejada por una todopoderosa junta que gobierna entre otros al Banco Central.
Las autoridades nacionales insisten en que la moneda electrónica no es más que una herramienta de pago. Sin duda, esta es su intencionalidad. Pero si cambiasen de opinión, o viniese otro Gobierno así inclinado, podría ampliar el campo de acción de la moneda electrónica, en una primera etapa como convertibilidad, respaldando su emisión con dólares.
Para ello, basta que el Gobierno comience a hacer pagos con dinero electrónico, por ejemplo, el bono de desarrollo humano, posteriormente al menos una parte de los sueldos de los empleados públicos. Si bien al principio, es posible que los que reciban el dinero electrónico pidan su canje en dólares, con el tiempo el público se acostumbraría al sistema de dos monedas.
El Código contempla que pueda avanzarse más y abandonar la convertibilidad, que la moneda electrónica deje de tener un valor fijo al dólar, ya que trae un capítulo de política cambiaria que contempla la incautación de divisas y la existencia de mercados oficial y libre de cambios.
Como añadió el profesor Rafael Correa, “la salida de la dolarización debería realizarse de forma paulatina, e implicaría un largo período de tiempo dividido en tres etapas: una primera etapa de blindaje financiero y externo, una segunda etapa de desdolarización, y una tercera etapa de corrección de precios relativos”. (Revista Íconos 19).
De los otros dos puntos del proceso, el más difícil es el segundo, “evitar una crisis bancaria por corrida de depósitos”, puesto que nadie puede impedir al depositante retirar su dinero. Para el tercero, “evitar… la salida de capitales”, el Código ya empodera a la Junta para establecer metas de déficit de comercio no petrolero y para restringir la salida de divisas.
El presidente Correa nos ha dado seguridades que defenderá la dolarización. Por lo que hay que entender que las medidas están “por si acaso”.