“No aprendió nada”

Ante la imperiosa apertura de clases en las zonas rurales de la Costa y la próxima en la Sierra, los interrogantes se agigantan ante un virus letal que seguirá presente. La enorme carencia de conectividad en amplias zonas del país hace en ellas inviable la modalidad ‘on line’ de educación. E incluso, de manera hipotética, aunque se contara con una cobertura del 100% de internet en todo el territorio nacional, quedan pendientes problemas estructurales, como el que una mayoría de hogares rurales no cuenta con computadoras, teléfonos inteligentes y televisores, y que en muchas de estas familias, los padres y madres son analfabetos, con lo que el acompañamiento educativo a sus hijos es nulo en un esquema de educación abierto: ‘On line’, radiofónico o de TV.

Por esto, es fundamental la presencia del maestro. Pero los docentes, que pagan de sus bolsillos el internet, están desmotivados e indignados. Reciben de manera impuntual sus salarios, se reduce las horas laborables para bajar sus sueldos, cuando en la práctica trabajan 10 o 12 horas diarias; y han recibido, según denuncian, capacitación deficiente, extemporánea o ninguna, por problemas de conectividad.

La preocupación docente aumenta, cuando se habla de posible retorno a la presencialidad en cientos o miles de escuelas que carecen de agua potable, lavamanos, infraestructura elemental para evadir al virus.

El docente angustiado deja de ser un aliado de esta manera de enfrentar crisis.

El escenario es catastrófico para los niños pobres del país. Una madre de familia campesina es categórica, cuando dice: “mi hijo en estos meses no aprendió nada, y temo que el próximo año le irá peor”. Por eso estas las familias los retiran del sistema educativo, para integrarlos a la producción. Así, se disparan el abandono escolar y el trabajo infantil.

Ecuador vive el desmantelamiento del Estado y de la educación pública. En cambio, los sectores opulentos de la sociedad, con sus colegios privados, mejor dotados, remontan la crisis. Se agiganta la brecha social y cultural entre ricos y pobres.

Podría revertirse esta situación si el gobierno restituye los casi mil millones de dólares a educación. Con estos recursos, el MinEduc podría recuperar liderazgo y credibilidad, estableciendo un plan emergente, que priorice la inversión en agua, servicios higiénicos e internet para todas las instituciones educativas; entregue computadores y tabletas a estudiantes y profesores; textos escolares y materiales de apoyo para los docentes y familias; capacitación a docentes; re impulso a la reapertura masiva de escuelas comunitarias; contratación de docentes y psicólogos para aliviar la probable masificación y para canalizar las presiones emocionales de los estudiantes y de sus familias. Además el Gobierno, debería decretar aranceles cero, para la importación de computadores y teléfonos inteligentes. Etc.,…etc....

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