¿Una mujer al poder?

Desde 1999, por resolución de las Naciones Unidas, se celebra cada 25 de noviembre el Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. Una ocasión para denunciar al mundo el asesinato de las tres hermanas Mirabal Reyes (María Teresa, Patria y Minerva), un crimen ocurrido en esa misma fecha en 1960 por órdenes del dictador Rafael Leónidas Trujillo.

Las tres mujeres, cuya historia Mario Vargas Llosa narra con drama y precisión en ‘La fiesta del chivo’, eran férreas opositoras de uno de los más sangrientos dictadores latinoamericanos. El ejemplo de lucha de las hermanas Mirabal es digno de ser recordado y nos hace reflexionar sobre la violencia de género y también sobre la lucha de las mujeres.

Recuerdo aún la conversación con una funcionaria estadunidense dos décadas antes de que Estados Unidos elija a Barack Obama para dirigir a la mayor potencia mundial. La reflexión, a modo de premonición, apuntaba a que Estados Unidos a esas alturas de la historia estaba mucho más preparado para elegir a un Presidente negro que a una mujer.

Países como Costa Rica, Brasil, Argentina, Chile, Alemania, etc. superaron la condición de género a la hora de elegir. Recién en Brasil tuvimos dos candidatas mujeres, una llegó a la final y triunfó. Michell Bachelet en Chile fue reelecta, Cristina Fernández cumple siete años en el poder el 10 de diciembre. Y así, el mapa político, que antes era exclusivo para los hombres, comienza a cambiar.

En Ecuador las mujeres debieron esperar hasta 1928 para tener derecho al voto. Eso se lo deben a una doctora en medicina, Matilde Hidalgo de Prócel, que el 2 de mayo de 1924 se había convertido en la primera mujer en ejercer su derecho ciudadano después de una ardua defensa de sus ideas en una sociedad extremadamente machista.

La participación de las mujeres en política parece destinada a las alcaldías, concejalías, la Asamblea Nacional, la Vicepresidencia, pero nada más. Tuvimos a una mujer inteligente como Rosalía Arteaga apenas dos o tres días en la Presidencia de la República, pero fue desplazada. El machismo y el grosero afán de poder no permitieron que continúe pese a que, de acuerdo con la Constitución, debía asumir el cargo por abandono del Jefe de Estado.

En la actualidad hay mujeres que se han forjado un perfil presidencial. La idea de Gabriela Rivadeneira no era mala, pero al parecer se desinfló; Cinthia Viteri desde hace tiempo figura como posible candidata, pero no se la ve muy activa. Hay dos interesantes perfiles que requieren ser observados: Mae Montaño y María Paula Romo. La política de Ruptura de los 25 es una experta en temas constitucionales y tiene una formación profesional de primer nivel. ¿Será el 2017 que quede registrado en la historia como el año en que por primera vez una mujer alcance el poder?