La disminución del número de pobres que consiguió Lula como presidente de Brasil fue el resultado más exitoso de su polÃtica de impulsar el crecimiento y al mismo tiempo la inclusión social. Si no hubiere crecido la producción con el concurso del Estado y de la inversión privada, no hubiese sido posible el ascenso de tantos pobres a niveles de bienestar. Esto ocurrió, porque se trata de un paÃs continente, un mercado grande que es apetecido por las empresas transnacionales que fueron el ancla que impulsó la inversión privada, en un marco de certidumbre estatal y estabilidad virtuosa, bajo el liderazgo creÃble y pragmático de Lula. Asà Brasil sigue creciendo sostenidamente con una producción que incorpora valor agregado nacional y genera empleo bien remunerado.
Con esta visión probada, Perú va a proceder de la misma manera con el liderazgo de Humala, manteniendo una polÃtica macroeconómica ortodoxa dirigida por un economista conocido por sus convicciones liberales y por un gerente del Banco Central conservador en sus polÃticas monetaria y cambiaria. Aspira Humala a seguir creciendo para tener el dinero necesario que le permita repartir equitativamente los frutos de su progreso.
SerÃa deseable que el Ecuador aplicara este modelo, aclimatado a la realidad nacional. Pero para ello es necesario cambiar el enfoque polÃtico errático para crear un clima amigable a las inversiones, especialmente para producir con valor agregado nacional que es lo que hace falta. Hasta aquà su manejo económico se ha basado en la inversión estatal que ha inyectado un torrente circulatorio de dólares que va directo al consumo. Hemos multiplicado las vitrinas pero no las fábricas, y esto tendrá un costo para los jóvenes que no entrarán al mercado laboral y que advertirán que en estos años nos hemos comido todo. El cambio de tratamiento a la inversión privada se está produciendo hasta en Cuba, cuyas reformas implican un modelo parecido al ruso, en donde la empresa privada ha tenido mucho que ver.
Los resultados del Censo Económico confirman lo que vemos todos los dÃas, más comercio y poca industria manufacturera, porque con el mercado interno pequeño poco se puede hacer, si no aumentan las exportaciones, ya que hemos renunciado a conseguir preferencias arancelarias en EE.Uu y Europa, por la ideologÃa senil de ciertos funcionarios.
Pero aumentar la producción manufacturera va a ser difÃcil por el facilismo petrolero que nos agobia. Con ingresos crecientes del petróleo la economÃa se vuelve ociosa y los emprendimientos no se ven sino en el comercio y quizá en minerÃa. Este factor estructural junto al ideológico impedirá que el Ecuador aplique un modelo como el de Lula, a menos que los gobernantes cambien de óptica. Una vez más, lo necesario puede ser imposible.