La ministra Romo
Los políticos, partidos, gremios y movimientos sociales viven de construir enemigos. Ni siquiera han modificado su conducta por la gravedad de la crisis económica –el PIB se contraerá este año en un 11%-; por la pérdida de puestos de trabajo, el incremento de la informalidad y el deterioro de otros indicadores sociales; y por la pandemia que sigue golpeando con fuerza. Esa práctica negativa se refuerza en épocas electorales. Considerar a los opositores como enemigos es un rasgo del populismo, que se ha generalizado en la cultura política nacional.
La ministra María Paula Romo se ha convertido en el principal blanco de los ataques de ciertos asambleístas. Lo demuestran los reiterados llamados a juicio político. El primero, en diciembre, no prosperó por falta de sustento.
Entonces sus opositores esgrimieron como argumento la crisis carcelaria y la inseguridad ciudadana. El actual juicio en curso se basa en el uso policial de bombas lacrimógenas caducadas en las violentas protestas y el vandalismo de octubre del año pasado. Para otro juicio se argumenta, a partir de las oscuras insinuaciones del ex asambleísta Daniel Mendoza, un supuesto reparto de hospitales y otros espacios de la administración pública a cambio de votos en la Asamblea. El expediente para tramitar esta interpelación trae el testimonio anticipado de aquel personaje de marras, al que se le sigue juicio penal por delincuencia organizada.
La construcción de enemigos y el canibalismo político contagian a la sociedad. Por eso preocupan más que los dudosos llamados a juicioen una Legislatura en la cual, según declaró su Presidente, hay alrededor de 60 asambleístas procesados por la justicia, las arremetidas en las redes sociales contra Mónica Varea por vender en Librería Rayuela el libro “Octubre, la democracia bajo ataque”, escrito por María Paula Romo y Amelia Ribadeneira. Son expresiones de fanatismo, intolerancia y odio. Una derivación del populismo que considera al opositor un enemigo a quien, por tanto, se debe destruir o hacerle desaparecer. Rayuela exhibe también “Estallido: la rebelión de octubre en Ecuador”, escrito por Leonidas Iza, Andrés Tapia y Andrés Madrid. Las democracias se construyen con el libre flujo de ideas, no con expresiones totalitarias de censura y exclusión.
A otra mujer con gran conocimiento de la política nacional le escuché este juicio: “A María Paula no le perdonan ser mujer, ser inteligente, y tener un futuro político bastante mejor que quienes la atacan”. Tampoco le perdonarán las denuncias de corrupción que ha presentado. Al margen de las justificadas críticas al presidente Moreno, si no hubiese tanta pequeñez y mezquindad en la vida pública nacional debería reconocerse los méritos de Romo en el desempeño de sus funciones públicas y su notable vocación política.