1. La Ministra Elsa Viteri llegó de su cita con el Fondo Monetario Internacional optimista. ¿Qué pudo haber obtenido?
No lo se. Las pocas informaciones que han salido de este cónclave sólo señalan que durante su presencia en Washington si bien mantuvo varias reuniones, aunque no participó de todas las que habría programado, no realizó planteamientos concretos ni presentó el plan económico.
Los organismos multilaterales que organizan esta singular y rutinaria reunión conocida como de primavera no obtuvieron novedades en su relación con el Ecuador. Las cosas siguen en un plano poco cooperativo. Es difícil decir que se mantienen como estaban antes pues la actitud oficial dejó un mal sabor ya que no transmitió interés en llevar la correspondencia a un nivel más activo. Era de suponerse que esta oportunidad sería aprovechada para explorar campos de cooperación, posibilidades de financiamiento externo de largo plazo y bajo costo que tanto necesita la economía nacional; pero, no se lo hizo.
2. No se conoce la resolución del tema de la relación deuda PIB y el techo del 40%. Su comentario.
Así es y parece inexplicable pues es un problema real, que proviene de toda una larga gestión económica, posiblemente la más larga de la historia republicana, en la cual se desafiaron de forma deliberada todos los equilibrios macroeconómicos bajo argumentaciones sofistas y temerarias. Un producto pendenciero del futuro, entre los tantos que ahora se cosecha de esta política desequilibrada, es el abultado endeudamiento público, cuyas características son además altamente onerosas; y, cuyo destino sirvió para cubrir la angustia del desbordado gasto público, sin mirar su utilidad y posibilidad de generar recursos que permitan su repago.
Desde hace más de tres años, el Observatorio de Política Fiscal y algunos de sus miembros han venido informando al país sobre la construcción sistemática de esta severa amenaza a la estabilidad y capacidad de crecimiento del país.
Ahora, el velo que lo cubría con artificios legales absolutamente reñidos con la doctrina económica y la realidad, es de pleno conocimiento tanto en el país como en los mercados internacionales. La Contraloría lo expresa de forma precisa en su informe y el FMI, aunque la verdad un poco tarde, lo corrobora.
Ahora toca resolver este gravísimo entuerto. Para ello hay varios planos de análisis: el jurídico que tiene y debe ser atendido por los organismos facultados para analizar la conducta de quienes autorizaron las operaciones cuestionadas; y, el económico (fiscal y externo) que merece una atención particularmente objetiva a fin de evitar dos posibles escenarios: que no se corrija la conducta fiscal y el endeudamiento siga una ruta creciente, descontrolada e inconveniente cuyo destino final podría ocasionar una crisis de dimensiones impresionantes (de m…iedo y posiblemente desestabilizante). El otro que se le cierre de manera violenta al gobierno y al país la puerta de financiamiento externo y se produzca lo que se conoce como “parada violenta” (sudden stop) que pondría a la sociedad en una inhabilidad de continuidad inmediata, con desarreglos imprevisibles.
Por eso, es indispensable convenir política y económicamente en la ejecución de un programa de ajuste sostenido, con reducción del gasto público de forma programada y certera a fin de: priorizar los nuevos y transitorios requerimientos de deuda pública (con fines muy precisos y controlados), disponer del apoyo de multilaterales con sus facilidades extendidas (que nos ayuden en la transición a evitar el ahorcamiento financiero), reperfilar buena parte de la deuda pública en plazos y costos y buscar asistencia de gobiernos amigos. Y, aquí sin la menor duda se necesita con urgencia un sólido consenso nacional o tendremos días amargos muy pronto.
Ese programa debe transparentar el nivel total de la deuda, aceptar incluso un incremento temporal (se forma un joroba técnica), para luego irla desmantelando conforme la inversión privada reemplaza las necesidades de la balanza de pagos y genera producción exportable. Se reactiva el país y reaparece un horizonte de oportunidades.
3. Cómo entender que se consigan recursos por USD 400 millones mientras el déficit proyectado sería de más de USD 7 000?
Ese ha sido el proceso seguido en los últimos años.
Obtener poco a poco lo que se necesita en el día a día hasta cubrir la totalidad.
4. ¿Conviene seguir con preventas petroleras sin registrarlas como deuda?
A ver: Sin duda alguna son una forma de endeudar al país y se la debe registrar así. Ahora, su contratación depende de las condiciones financieras y los precios que paguen por ellas.
Además, estas deben formar parte del paquete de financiamiento del programa económico.
5. ¿Qué formas hay de conseguir la liquidez requerida mes a mes para cumplir con los sueldos del sector púbico?
Los gastos corrientes no pueden financiarse con deuda. Es una aberración técnica hacerlo. Precisamente por eso está prohibido usar estos mecanismos que sólo deben servir para ciertos proyectos de inversión que califican por su rentabilidad.
Los impuestos que recauda el gobierno deben cubrir estas necesidades y todas las demás rutinarias. Incluso debe quedar un remanente para atender una parte de la inversión pública.
6. ¿Desde cuándo debe operar el esquema de reducción del gasto púbico y simplificación de los Ministerios?
Ya estamos atrasados. Esto se lo viene solicitando desde hace algunos años y como no se puso atención, el problema llegó al nivel desproporcionado que conocemos.