“Sin empleos, se enojan”

La Selección de futbol de España, la campeona del mundo, fue aplastada en los primeros partidos del Mundial, por lo que con humillación retornará a su país. Las grandes alabanzas de ayer, las felicitaciones y halagos públicos, se han transformado en decepción colectiva, críticas mordaces y burlas. Así son las cosas en la vida. Unos momentos estás en la gloria y en el poder, otro, mañana, estás en el piso y en el olvido.

Lo sucedido con la Selección española es una fresca lección para las prepotencias de los que creen que pueden eternizarse en el elixir del poder, sin entender que lo que están viviendo solo es un momento. Todos los procesos políticos y sociales tienen sus ciclos de apogeo y de crisis, dicen los historiadores. Todo lo que sube, algún momento, baja, dice la sabiduría popular.

Alianza Pays, AP, experimenta los primeros signos de agotamiento y decrepitud. Su estrella empieza a eclipsar. El signo más claro de este fenómeno es su abierta decisión de aferrarse al poder a través de la reelección indefinida y del desmantelamiento de la Constitución.

Aferrarse es un signo de debilidad. Todos los humanos somos frágiles y algún momento de nuestras vidas nos hemos aferrado a algo o a alguien, con la consiguiente toma de decisiones desesperadas y errores que al final condujeron al fracaso de nuestras perturbadas intenciones, llevándonos a una crisis mayor y a la devaluación personal frente a uno mismo y ante los demás. Mientras más te aferras, más dura es la caída o la ruptura.

La audaz y exasperada medida de cambio de la Constitución para favorecer la reelección indefinida será muy mal vista por la gente. Ya es un asunto que incomoda, rebela y que crea sospechas. A la vuelta de la esquina esta “operación política” se vendrá contra sus auspiciantes.

Todo mundo sabe que la mayoría de los correístas sin Correa no son nadie políticamente. Pero no solo eso, sino que sin el Presidente los mismos correístas se quedarían sin empleo, sin contratos, sin prebendas, y algunos, además, tendrían que rendir cuentas a la justicia. Entonces, la gente sospecha que la reelección no es un asunto sincero de defensa a un proyecto político de país, que tal vez sea para algunos de ellos, pero que para la mayoría es preservar sus proyectos personales.

Pablo Cuvi cuando hizo una entrevista al expresidente Velasco Ibarra le dijo: “Mucha gente se aprovecha de su popularidad para obtener beneficios…” , Velasco respondió: “La mayor parte del tiempo señor, sí. … El Velasquismo, por ejemplo en la última oportunidad mía, y en las otras oportunidades, si no hay empleos se enojan, pues. Buscan empleo, no hay empleo, se enojan.” Los oportunistas son Karma de los caudillos. Los caudillos son el Karma del país. Los oportunistas son el Karma de todos.

Veamos que más nos enseña el Mundial.

mluna@elcomercio.org

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