Guatemala vive en alerta naranja. Las zonas cercanas al Volcán de Fuego están en alerta roja. Las erupciones siguen.
La fuerza del volcán se sintió en estruendosos tremores. Uno de los tantos volcanes activos de este país volvió a dejar oír la estentórea voz desde las entrañas de la tierra. Hasta el momento se cuentan 62 muertos. 2 000 pobladores de las zonas aledañas han debido ser desplazados, atrás han dejado sus pertenencias, lo mucho o poco que tenían en sus modestas viviendas. Poblados como San Miguel, El Rodeo, La Libertad han sido afectados.
El volcán arrojó, según los expertos citados por medios internacionales de prensa, 4 millones de metros cúbicos de material. Son inmensos flujos piroclásticos, arrastran material incandescente y se llevan todo a su paso, a una velocidad de 100 km. por hora. Las tareas de rescate han sido cautelosas, se suspenden durante la noche o cuando la ceniza impide ver. En muchos lugares el calor puede abrazar y matar incluso a los rescatistas más avezados.
Centroamérica es tierra de volcanes en cíclicas erupciones. Hay varios activos en todo el mundo, se cuentan 1 500.
En Ecuador, la semana pasada, el Reventador lanzó ceniza que llegó a varias poblaciones. El Sangay emite columnas de humo permanentemente. Ya sabemos lo que se vive desde hace largo rato en el Tungurahua, el Cotopaxi y el Pichincha, a lo que se suman las amenazas sísmicas. Todo nos obliga a estar preparados y en alerta, siempre.