Las advertencias ante la crisis sanitaria nos llevan a esperar otras dos semanas altamente crÃticas por el coronavirus.
Todas las energÃas del Gobierno deben estar orientadas prioritariamente a atender a los contagiados y ocuparse de los más graves.
Consolar a las familias con trato digno y oportuno de los cadáveres es otra urgencia, por respeto a las vÃctimas y la salud mental de sus deudos.
La falta de equipos suficientes y de insumos para proteger a los médicos y enfermeros que están en la primera lÃnea es asunto primordial.
Al Gobierno se le siente desbordado. Muchas informaciones contradictorias y una falta de adecuada coordinación se imponen ya.
Ver el panorama y observar el estado de cosas en la salud y la economÃa de todo el mundo puede dar ideas. Hace falta y es imperativa una acción conjunta en varios frentes.
Es urgente un llamado mundial a las entidades internacionales de cooperación y a los entes financieros. Hace falta ayuda para comprar equipos y para atender la emergencia, asà como comprensión internacional.
En el frente interno lo primero es cerrar filas y ayudar a pensar y a actuar al Gobierno de buena manera.
Otro aspecto crucial es la solidaridad con quienes menos tienen. Las familias que dependen del trabajo informal no tendrán nada para comer.
Los esfuerzos públicos y privados concertados por conseguir apoyos alimenticios son una de las claves.
La tragedia de esta pandemia mundial sin precedentes parecidos nos deja desolados para el dÃa después. Cuando lo más crÃtico se atenúe.
Hay iniciativas loables. Cauce Democrático, un grupo de personalidades liderado por Osvaldo Hurtado, propone un gobierno de unidad nacional en torno al Presidente.
Acción Democrática, grupo de académicos y dirigentes sociales y polÃticos jóvenes, con matices también propone fórmulas cÃvicas que apoyen a un gobierno de unidad.
La hora de la solidaridad humana debe sacar lo mejor de nosotros para no hundirnos en la pobreza por la mezquindad y la destrucción polÃtica. Solo asà saldremos adelante.