Por primera vez desde la llegada al Cabildo quiteño de Mauricio Rodas, el Presidente de la República lo recibe en su despacho.
El gesto es un acto positivo que además envía una clara señal a todo el país, a los actores políticos y a los vecinos de Quito.
Los temas de la agenda de la cita, desarrollada en el Salón del Gabinete, son algunas de las prioridades que marcan la coyuntura y que tienen que ver con uno de los grandes problemas de la capital: el transporte público y la movilidad.
El compromiso del Gobierno de volver a entregar los USD 15 millones, que fueron inopinadamente devueltos al Bede por la administración municipal anterior, es una buena noticia. Se trata de recursos urgentes para rehabilitar varias de las unidades del sistema de trole que sirve a buena parte de la ciudadanía.
El otro aspecto que se dejó con agenda abierta es el del apoyo del Gobierno nacional al Metro. Ese proyecto fue impulsado por Augusto Barrera y el Régimen comprometió USD 750 millones.
Los estudios dicen ahora que la obra costará mucho más y la contraparte nacional a los empréstitos internacionales debiera crecer de modo proporcional.
Pero más allá de estos temas llama la atención y es sano el talante del diálogo.
Vivir en democracia es comprender y respetar las razones de los otros.
Ser demócrata es acatar el mandato inequívoco de las urnas y velar por el bien de los ciudadanos, muy por encima de visiones ideológicas antagónicas o mezquinos intereses partidistas . El diálogo es un saludable punto de partida.