El país deberá pagar durante varios años la deuda que este Gobierno adquiere con la República Popular China contraída con altas tasas de interés y con la entrega de una tajada importante de la extracción hidrocarburífera.
El último empréstito por USD 2 000 millones se fijó con una tasa del 6,9% de interés. Los anteriores créditos de la China fueron con 7,08% en febrero y 7,25% en 2009. Todos estos préstamos tienen una tasa de interés mucho más elevada de la fijada por organismos multilaterales con los que el Régimen ha decidido mantener una situación tirante. La deuda pública total con China asciende a USD 6 500 millones, un porcentaje considerable de todos los compromisos internacionales del país. En este monto se incluye USD 1 700 millones de préstamo del Gobierno asiático para construir la central hidroeléctrica conocida como Coca-Codo Sinclair, la obra de infraestructura más grande de la historia.
Es curioso que se contraiga nueva deuda con China porque en octubre el Gobierno aseguraba que la economía estaba en franca recuperación. Siendo así¿para qué nuevos y caros préstamos?
Los préstamos con China, pese a que en principio se intentaron desvincular de las operaciones petroleras, atienden a un Protocolo firmado entre ambos gobiernos el 12 de junio de 2010 en el que se señala como fuente de pago las exportaciones petroleras. Tanto la figura de la venta anticipada de petróleo cuanto los acuerdos con las empresas Petrochina y Andes, ambas de capital estatal chino, suman el 50% de toda la extracción nacional de crudo.
El Ecuador puede y debe tener apertura a distintos países. Habría que calibrar los riesgos de una relación privilegiada contraria a las tesis que condenan la dependencia.