Los problemas de la seguridad interna y externa deben ser abordados de una manera integral y como una política de Estado, que vaya más allá de acciones coyunturales. Las amenazas están latentes por el crimen organizado transnacional, la presencia de organizaciones nacionales e internacionales vinculadas al narcotráfico y a grupos irregulares armados, muchos instalados en el vecino del norte y que pasan a nuestro territorio. Incluso, con conexiones con el país centroamericano que hoy da protección y asilo a correístas prófugos de la justicia.
En el país no se ha procesado con responsabilidad estos problemas, inicialmente descartados, minimizados y mirados con indiferencia. Se demostró que hubo grupos armados al margen de la ley que cometieron atentados y asesinatos en la frontera norte. Despertaron con los lamentables hechos violentos que se presentaron en octubre pasado, que rebasaron el derecho a la resistencia y que pretendieron la desestabilización democrática. Fallaron las tareas de Inteligencia.
Las FF.AA., llamadas a defender la soberanía e integridad territorial, se han visto disminuidas en sus capacidades operativas y lo que se les entrega son materiales muy pequeños frente a sus necesidades. Fueron golpeadas en el gobierno del prófugo en Bélgica, que deterioró su fortaleza institucional. En medio de esta situación, hoy se ha vuelto a debatir alrededor del discurso ideológico de la defensa de la soberanía y se cuestiona la ayuda que ofrecen EE.UU. a través de operaciones militares y vuelos de vigilancia aeromarítimos, con aviones bien equipados que el país no dispone.
La soberanía hay que defenderla por principio, pero cabe una pregunta: somos soberanos, ingenuos o pendejos frente a las amenazas que se vive a diario? Qué pasa con los controles aéreos en medio de nuestras debilidades? Falta una política más dinámica y una visión clara del problema. No hay que olvidar que cayó preso por narcotráfico nada menos que un ex director general de la Aviación Civil del régimen correísta. Eso explica por qué en ese gobierno se flexibilizaron los controles ni hubo radares durante un buen tiempo.
Cómo se puede vivir con tranquilidad cuando el jefe de la FAE alertó que en el país existen más de dos mil pistas, unas autorizadas y muchas clandestinas que no tienen control y no pasa nada. La Aviación Civil debe actuar, pero también la FAE tiene que colaborar más en el control del espacio aéreo.
En la Asamblea tampoco entienden el problema. Lleva más de un año de presentado el proyecto de Código Orgánico de Seguridad, que contiene cinco libros sobre la defensa nacional, la seguridad ciudadana, la gestión de riesgos, la Inteligencia Militar. Tienen que elaborar un informe recién para el primer debate en el pleno. Se camina lento en medio de amenazas y urgencias.