La vacunación, según informan los medios, avanza de manera exitosa, lo que nos colocaría en un escenario esperanzador. Parecería que poco a poco retornaríamos a la “normalidad”.
En el ámbito educativo, para poner el escenario de Quito, significaría que 698 918 estudiantes desde educación inicial al Bachillerato (dato del Ministerio de Educación a diciembre del 2018) retornarían a la presencialidad o semi presencialidad.
¿Está preparado el sistema educativo del Distrito Metropolitano de Quito para tan significativo cambio? ¿Está preparada la ciudad?
Cuando se habla del sistema educativo del Distrito Metropolitano (zona 9) no se refiere al subsistema dependiente del municipio. Los establecimientos que dependen del municipio son solo 34, lo que corresponde al 2,2% de la totalidad de entidades educativas que se encuentran en el Distrito que suman 1 481. Las fiscales son 504 (34%); particulares 886 (59,8%); fiscomisionales 57 (3,8%). De todas maneras, hay que indicar que todas ellas se sujetan a las políticas del Estado central, de la autoridad educativa nacional, del Mineduc.
Pero, volviendo a la pregunta, si el sistema educativo en Quito está preparado para el retorno a la presencialidad o semi presencialidad, la respuesta tiene que darla el Ministerio con base en informes de cada uno de los responsables, directores y rectores de la educación fiscal, privada, fiscomisional y municipal. Respuesta que tiene que ser conocida por toda la ciudadanía antes del inicio a clases para generar tranquilidad y seguridad en estudiantes, familias y docentes.
Para el caso del sector fiscal preocupa el estado de ánimo y disposición de las maestras y maestros que experimentan una huelga de hambre sin visos de solución. Inquieta la masificación y déficit de oferta de un sistema público desbordado por la demanda de estudiantes que, por la crisis económica, migran de la educación particular. Desvela pensar lo que significaría el retorno a las calles de medio millón de niñas, niños y adolescentes, estudiantes fiscales y fiscomisionales (también muchos particulares), que están obligados a hacer uso del deficiente transporte público que depende de un municipio caotizado.
¿Está preparada la ciudad, en medio de una pandemia, para semejante movilización poblacional a la que se sumaría el contingente de universidades?
Inquieta la situación del subsistema de educación municipal que, según versiones internas, a más de experimentar la carencia de alcalde, profundiza serios problemas estructurales: incapacidad de gasto (“alarmante ejecución presupuestaria 2,8% al 9 de mayo 2021”), inexistencia de modelo educativo y de gestión, “práctica es asumir de manera plana las directrices nacionales”, “desinstitucionalización, desorden y malestar en la Secretaría de Educación”.
Cuidado que el ambiente esperanzador generado por la vacunación, se esfume, en grandes escenarios como el de Quito.