La frase corresponde al analista y periodista chileno Ascanio Carvallo, luego del sepelio del expresidente chileno Patricio Aylwin Alcózar.
Resume el momento estelar de un hombre de estado, que sin apartarse de sus principios éticos e ideológicos, cumplió con el tramo más difícil del siglo XX de la historia araucana, como fue la transición de la feroz y sangrienta dictadura de Pinochet a una democracia muy frágil, pero consolidada después en cuatro gobiernos de la Concertación. Fue de los grandes políticos de la Democracia Cristiana en Chile; sin embargo, pocas veces estuvo en la primera fila como Eduardo Frei Montalva, Bernardo Leython, Gabriel Valdez o Radomiro Tomic. Pero le correspondió ser el primer mandatario electo luego de la dictadura y administrar con cautela la emoción popular por el triunfo del NO en el plebiscito. Cuando perdió el gobierno dictatorial que se consideraba imprescindible y se aferraba al poder. Como si 17, 15 o 9 años no desgastaran ni pasaran en vano y al pueblo, si lo dejan votar, expresa su cansancio o frustración.
Pero la transición no solo fue un cambio de mando, banda presidencial y bastón. Fue mucho más. Aylwin tenía que aceptar una constitución que aseguraba la presencia militar, además de serios bloqueos judiciales para garantizar la impunidad para los grandes y medianos violadores de los derechos humanos. Tuvo que llevar a cuesta el clamor por los desaparecidos y presos políticos hasta que empezara a funcionar con legitimidad y respaldo la comisión Retting para iniciar la dura investigación. En ese entonces con dramatismo y pragmatismo expresó su polémica frase: “Justicia en la medida de lo posible”. Hay que añadir en otra tarea de la transición la disolución legal de grupos extremistas que aspiraban a las soluciones violentas.
De manera no sesgada, los hechos históricos deben ser interpretados en un marco de contextos. De lo contrario, el 11 de septiembre de las Torres Gemelas o el asesinato del Archiduque Francisco Fernando de Austria serían sucesos sin antecedentes, consecuencias o efectos colaterales.
Aylwin fue un jurista y político democratacristiano toda su vida. Sus actuaciones por convicción y personalidad fueron proclives al diálogo, a la búsqueda de coincidencias y a un avance de los procesos que conducía, pues no descuidaba las puertas de salida por inhóspitas que fueren.
Los sucesos que marcaron su vida política fueron: a. Su intento por salvar al gobierno de Salvador Allende junto al cardenal Raúl Silva Henríquez. b. Aceptar, por considerarlo breve e incruento, el gobierno militar del 11 de septiembre de 1973. c. Conducir la campaña por el No y ser el primer presidente de la transición.
A su sepelio concurrió, a pesar de su penosa enfermedad, el histórico rival del Partido Socialista, Clodomiro Almeida; además, hicieron una corte de honor las Juventudes Comunistas de Chile.
Nota: Lectura no apta para políticos ecuatorianos de la actualidad.