Tan pronto como comenzó, hace tres meses, esa especie de parodia de juicio político al Fiscal General, ya se presagió su desenlace, dado el reiterado respaldo del Presidente de la República a su gran amigo, aunque a renglón seguido negaba su injerencia en el proceso, al que calificó de show mediático.
Es evidente que en la Asamblea se están reeditando vicios del estigmatizado Congreso Nacional.
Asambleístas que se pronuncian a favor del enjuiciamiento político al Fiscal luego se abstienen o votan en contra.
Peor aún, miembros de los bloques de oposición se atrasan o juegan a las escondidas cuando se somete a votación el planteamiento de que se incluya en el orden del día dicho juicio, con lo cual no hay los votos suficientes para aprobar ni para negar la moción, y el asunto queda en el limbo, término acuñado por el Presidente de la Asamblea, muy hábil para lavarse las manos en estos trances.
Mientras tanto, quedan flotando denuncias comprometedoras, que exigen el debido esclarecimiento.
Por ejemplo, la Veeduría Ciudadana de Mujeres cuestiona “la falta de probidad del Fiscal” y la injerencia del Presidente de la República en este proceso político.
El acusado increpa a los frustrados interpelantes de que no deberían ocupar una curul. A una de ellas le conmina que “aclare sus enjuagues” y sus nexos con las FARC; a otro que explique sobre la cantidad de más de un millón doscientos dólares que ha recibido la emisora de su propiedad; y a otra le endilga que ha obtenido jugosos contratos para familiares suyos.
Un ex Gobernador de Tungurahua y asambleísta de Alianza País, expulsado del bloque hace pocos días, afirma que el motivo es que denunció irregularidades y “el robo” de más de seis millones de dólares en un contrato para la rehabilitación de una carretera en esa provincia.
¿Por qué la Asamblea no afronta su responsabilidad y se resiste sistemáticamente a su deber de fiscalizar? ¿Por qué no examina en forma seria tantas denuncias sobre posibles travesuras en diversos ministerios, en el manejo petrolero, etc.?
Sería una magnífica oportunidad para que se saque a relucir el fundamento del lema de este Gobierno “de manos limpias”.
Empero hasta ahora no se ha dado paso a ningún juicio político, pese a que han sido planteados algunos, inclusive por miembros de Alianza País, como en el caso del maltrecho Fiscal, quienes han dado muestras de entereza, lo que, sin duda, les acarreará secuelas para su permanencia en las filas del fisurado Movimiento gubernamental.
En una de sus acertadas caricaturas, Roque puso en boca de la Ministra de la Política la aseveración ”¡Aquí no hay ni habrá corrupción, porque el pueblo nos ha dado mayoría de votos para que nada descubramos!”