La ideología también puede marcar las políticas sociales. En otras palabras, las políticas sociales que implementan los gobiernos liberales son distintas a las que implementan los gobiernos socialistas. El Bono de Desarrollo Humano es un ejemplo de una política muy, muy liberal.
En términos generales se podría decir que las políticas sociales son aquellas actividades del Gobierno dedicadas a temas de salud, educación, distribución del ingreso y trabajo. Pero claro, dentro de esos campos hay un enorme espacio para expresar la ideología de quien diseña o implementa la política.
A la gente más hacia la izquierda le encanta eso del “rol del Estado” y las políticas que plantean son acciones directas del Gobierno en el área social. Buscan que la mayoría de los colegios, hospitales y universidades sean públicos, administrados directamente por el mismísimo Gobierno. Ellos considerarían “neoliberal” que, por ejemplo, el Gobierno les dé a todos los padres un cupón que puedan utilizar como parte de la pensión escolar de sus hijos, teniendo así la libertad de enviarlos a la institución educativa que les plazca, ya se pública o privada.
Pero claro, a los liberales les encantaría que haya competencia entre muchos colegios privados, que busquen ganarse a los padres que, a su vez, paguen sus pensiones con un cupón dado por el Gobierno. Así habría competencia y libertad de elección en lugar de una intervención directa del Estado (aunque podría haber problemas de control de calidad).
El Bono de Desarrollo Humano es un ejemplo de una política liberal, pues hace una transferencia de dinero en efectivo, que el receptor puede gastar sin ningún tipo de limitación. El bono, por lo tanto, respeta enormemente la libertad de quienes lo reciben. Dar dinero en efectivo parte de la visión de que los ciudadanos son lo suficientemente maduros y racionales como para gastar ese dinero mejor que el Estado.
En teoría existen condicionamientos para la entrega del bono, pero como a nadie se lo quitan, eso queda en el papel y la libertad de uso es absoluta. En la práctica, una madre que lo recibe no está obligada a garantizar que sus niños vayan a la escuela ni obligada a gastar ese dinero en alimentación o salud. Podría obligar a sus hijos a trabajar en la calle y gastarse el bono en drogas, igual lo seguiría recibiendo.
El bono fue diseñado en el gobierno de Mahuad por el Conam, la institución pública con mayor sesgo liberal que había en ese momento, por lo que no es ninguna sorpresa que mantenga algunas de las características de respeto a la libertad.
Por lo tanto, no es de sorprenderse que candidatos del centro o de la derecha como Gutiérrez o Lasso apoyen su aumento, mientras que sí llama la atención que la izquierda de Correa apoye su subida (y su uso discrecional). Parecería que en época electoral la coherencia ideológica de los políticas es aún menor.
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