¿Ustedes pensaron que el buen desempeño es lo que les puede mantener en su trabajo? ¡Qué bobazos! ¡Qué palurdos!
Si nos atenemos a lo que se ve en el Estado ecuatoriano – de largo el mayor empleador de este país – las prácticas son totalmente opuestas. Usted puede ser lo peor, puede estar enjuiciado por hacer mal su trabajo, puede tener la peor credibilidad, y aún así mantener su sueldote y sus beneficios. Es más, puede incluso salir premiado.
¿Creen que estoy exagerando? Diana Atamaint, la Presidente del Consejo Nacional Electoral no ha tenido un juicio político, sino dos. En el primero, hay un informe de la Asamblea favorable a su procesamiento que no ha sido aprobado ni rechazado en la Comisión de Fiscalización. ¿Saben quién la salvó? Daniel Mendoza, quien ahora está en la cana por robar el dinero con el que se construiría el hospital de Pedernales.
Dos consejeros presentaron de manera documentada casos de fraude electoral, que el CNE no ha investigado. No se perdió el puesto. El Director Nacional de Procesos Electorales de la administración de Atamaint confesó asociación ilícita en la red de tráfico de puestos del cura Tuárez. Nada. Se demostró la ilegalidad de las actuaciones en el caso Yasuní. Nada.
Pero lo más divertido está por venir. Esto es de ripley. El Cpccs está haciendo los trámites para renovar parcialmente las autoridades del CNE. Tendrían que irse (¡por fin!). Pero, ¡qué va!, ya hay una estrategia para agarrarse al puesto. Mucho más fuerte que la peor garrapata.
Ya está reportado en medios que van a declarar iniciado el periodo electoral de las elecciones del próximo año. Y, entonces se podría alegar el artículo 16 del Código de la Democracia: “Ninguna autoridad extraña a la organización electoral podrá intervenir directa o indirectamente en el desarrollo de los procesos electorales ni en el funcionamiento de los órganos electorales.”
¿Garrapata? ¡Amebas! Mucho peor (para el país).