Con las elecciones 2025, programadas para el 13 de abril, la última semana de campaña representa un momento decisivo para ambos finalistas. Luisa González y Daniel Noboa deben aprovechar estos días para reforzar sus mensajes, consolidar apoyos y evitar errores que puedan costarles votos en un escenario electoral altamente competitivo.
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Expertos en comunicación política coinciden en que los próximos días no solo estarán marcados por recorridos y actos de cierre, sino también por una intensa actividad en redes sociales. Además, el inicio del silencio electoral será un punto de quiebre, donde el control del entorno digital y el impacto de la coyuntura nacional pueden inclinar la balanza.
Prudencia y control en los días clave en la campaña de Daniel Noboa y Luisa González
La consultora política digital, Alondra Enríquez, sostiene que la prudencia será determinante en estos últimos días de campaña, ya que el margen de diferencia entre ambos candidatos es muy estrecho. Enríquez explica que no solo los candidatos deben actuar con cautela, sino también sus entornos, incluyendo estructuras partidistas e influenciadores.
A su criterio, cualquier error o exceso desde estos espacios podría afectar de forma directa la imagen del binomio presidencial.
En el caso específico de Luisa González, Enríquez considera que el control de su estructura política debe ser absoluto, sobre todo por la aparición de voceros como Rafael Correa y Ricardo Patiño, quienes, según la analista, limitan su capacidad de crecimiento en los últimos días.
Para Daniel Noboa, Enríquez identifica una situación similar debido a la falta de cohesión de su plataforma partidista. Además, menciona que el protagonismo de su exesposa y la reciente filtración de chats de su esposa actual han generado malestar entre ciertos sectores del electorado.
Enríquez advierte que el control de estas variables es crucial, especialmente porque esta campaña también ha estado marcada por la presencia de actores delictivos. La consultora indica que será clave observar cómo ambos candidatos responden a estos factores durante los días restantes.
Esta tensión, sumada a la presión por obtener votos indecisos, convierte la semana final en una etapa de alto riesgo político.
Mensajes finales y decisiones estratégicas en las elecciones 2025 de Daniel Noboa y Luisa González
El especialista en comunicación política, Andrés Obando, considera que esta última semana no es un momento adecuado para introducir mensajes nuevos, sino para reforzar aquellos que ya han tenido mayor impacto en la opinión pública.
Según su análisis, los equipos de campaña deben enfocarse en cerrar los ciclos de comunicación que trabajaron durante semanas previas. Esto implica identificar cuáles han sido los mensajes más eficaces y mantenerlos con claridad en todos los canales posibles.
Obando observa que el mensaje más efectivo en la campaña de Daniel Noboa fue advertir sobre una supuesta intención de desdolarización por parte del correísmo. Este discurso no solo fortalece su voto duro, sino que también ha calado entre votantes indecisos al generar una percepción de riesgo económico.
En cambio, en el caso de Luisa González, el mensaje que más resonado es la crítica directa a la vida personal del Presidente, incluyendo sus vínculos familiares.
Para Obando, esta segunda vuelta se caracteriza por una campaña centrada en ataques personales, lo que condiciona la forma en que se construyen los mensajes finales.
En ese contexto, sostiene que los candidatos deben evitar cambios de tono bruscos, ya que eso puede generar confusión en los electores.
Un cambio calculado, como el que hizo Daniel Noboa al incorporar el mensaje “Ecuador para adelante”, puede tener impacto positivo si genera identificación emocional sin alterar la base de su discurso original.
Territorio, redes y medios tradicionales: una combinación ajustada
Alondra Enríquez señala que el trabajo en territorio no puede ser reemplazado completamente por el activismo digital, ya que ambos deben funcionar de manera complementaria.
A su juicio, enfocar toda la estrategia solo en redes sociales o solo en recorridos físicos puede generar un resultado deficiente. Esta visión exige que los candidatos mantengan contacto presencial con los votantes sin descuidar su posicionamiento en las plataformas virtuales.
Enríquez destaca que a partir del lunes previo al balotaje se observará un incremento considerable en la inversión en pauta digital.
Según su análisis, este tipo de publicidad es clave para segmentar públicos específicos y reforzar mensajes positivos o negativos. La ventaja que tienen las campañas con mayores recursos es la posibilidad de amplificar estos contenidos de forma masiva y precisa.
Obando indica que los recorridos finales deben concentrarse en las zonas con mayores niveles de ausentismo, votos nulos o indecisión.
Estas regiones incluyen Pichincha, Guayas, Manabí, Azuay, así como las circunscripciones del exterior en Europa, Oceanía y Asia. El experto considera que estas últimas son poco aprovechadas por ambos equipos, a pesar de su potencial electoral.
En paralelo, subraya que los medios tradicionales también han sido un canal importante, especialmente para llegar a votantes moderados.
El silencio electoral como campo de batalla digital en la segunda vuelta
Alondra Enríquez explica que los actos de cierre de campaña tienen un valor simbólico, pero no garantizan una conversión efectiva de votos.
En su experiencia, muchas personas perciben estas movilizaciones físicas como actos poco genuinos, especialmente cuando sospechan que incluyen pagos o favores políticos. Por eso, su impacto real en la decisión del voto resulta limitado y no siempre reflejan de forma confiable el respaldo ciudadano.
En cambio, el inicio del silencio electoral activa una nueva dinámica centrada en los entornos digitales, donde no existe una regulación efectiva.
Andrés Obando destaca que en este periodo se intensifica el uso de redes sociales y servicios de mensajería como WhatsApp, lo que permite seguir difundiendo mensajes sin restricciones. Esta práctica se ha vuelto habitual en elecciones recientes, donde muchos votantes definen su decisión final horas antes de acudir a las urnas.
Enríquez agrega que, durante el silencio electoral, pueden circular contenidos que apelan al miedo o la incertidumbre, incluyendo hechos vinculados a la criminalidad. Según ella, este tipo de información puede afectar de manera directa la percepción ciudadana sobre la seguridad y la gobernabilidad.
De ese modo, la influencia de estos contenidos puede inclinar la intención de voto a favor de una candidatura, dependiendo de cómo se perciba la relación de cada uno con el contexto nacional.
Redes sociales y segmentación digital: el papel de la data en la recta final
Para el analista en estrategias digitales, Camilo Barahona, la última semana de campaña se convierte en un momento clave. Desde su experiencia, las campañas eficaces no solo invierten más dinero en redes, sino que lo hacen de forma altamente segmentada.
Barahona sostiene que esta estrategia tiene mayor efectividad en el entorno del silencio electoral, cuando los votantes ya están saturados de información y responden mejor a estímulos visuales o emocionales.
Según Barahona, Daniel Noboa ha tenido mayor capacidad técnica para operar este tipo de campañas en comparación con Luisa González, debido a una mayor inversión y a equipos más especializados en marketing político digital. Sin embargo, también advierte que un exceso de negatividad en los contenidos puede generar hartazgo y rechazo, especialmente entre votantes jóvenes.
Barahona concluye que las redes sociales se han convertido en el espacio central para definir elecciones como la de 2025, ya que allí se dirime no solo el contenido del mensaje, sino también su tono, alcance y oportunidad.