Daniel Noboa ganó la segunda vuelta en las elecciones del 13 de abril de 2025 con el 55,66% de los votos, frente al 44,34% de Luisa González, quien representó al correísmo. La diferencia de más de un millón de votos surgió a los analistas, que proyectaron un resultado más ajustado. ¿Qué inclinó la balanza? Tres expertos —Pablo Romero, Rafael Silva y Santiago Chahuasquí— explican los factores decisivos detrás de este resultado. Estas son las cinco claves para entenderlo:
Más noticias
Los analistas revisan los momentos más decisivos de la campaña, desde el debate presidencial hasta las respuestas clave que marcaron giros en la intención de voto. Coincidieron en que tanto el contexto nacional como el escenario internacional influyeron de forma determinante.
Los analistas también abordan temas como la situación económica, los tonos utilizados por los candidatos durante la campaña, las contradicciones en sus discursos y los conflictos internos de sus movimientos.
Al cierre del análisis, destacaron un cambio clave implementado por el Consejo Nacional Electoral para la segunda vuelta, luego de varias denuncias. Según los expertos, esta decisión generó mayor confianza y permitió que los ciudadanos acudieran a votar con tranquilidad.
Silva sostuvo que estas elecciones no se definieron por el candidato que más acertó, sino por el que menos se equivocó durante la campaña. Explicó que la saturación de propaganda en redes sociales también influyó en el resultado, especialmente en el voto facultativo de los jóvenes entre 16 y 18 años.
-
El temor a perder la dolarización movilizó a los votantes
La posibilidad de que un gobierno de la Revolución Ciudadana pusiera en riesgo la dolarización fue uno de los factores más potentes en la segunda vuelta. Rafael Silva y Pablo Romero coinciden en que este temor motivó especialmente a la clase media urbana, al sector empresarial y a los indecisos.
“El correísmo revivió un fantasma que le ha costado derrotar: la duda sobre su compromiso con el dólar. Y eso, en Ecuador, es tocar una fibra sensible”, afirma Silva. Noboa capitalizó esa preocupación al insistir en que su contrincante no garantizaba la estabilidad monetaria.
-
La entrevista de Correa con Patiño fue el punto de inflexión
A pocos días de la elección, una entrevista entre Rafael Correa y Ricardo Patiño —ambos líderes históricos del correísmo— encendió las alarmas. En ella se discutieron temas económicos sensibles, como el uso de monedas complementarias, lo que profundizó la incertidumbre.
Pablo Romero señala que este episodio reactivó el protagonismo de Correa y eclipsó a Luisa González: “La entrevista confirmó el temor de muchos de que ella no gobernaría sola. La campaña dejó de girar en torno a su candidatura y volvió a girar en torno a Correa“.
-
Una campaña de Daniel Noboa con narrativa emocional y despliegue territorial
Daniel Noboa evitó centrar su campaña en los resultados de su corto mandato y apostó por una narrativa de futuro. Según Santiago Chahuasqui, “Noboa escapó de la autoevaluación y ofreció una promesa: seguridad, orden, empleo y libertad. No ganó por lo que hizo, sino por lo que prometió hacer”.
Esa narrativa se complementó con una campaña en territorio: los ministros recorrieron el país, Lavinia Valbonesi reforzó la imagen de cercanía del Gobierno, y la asistencia por el invierno conectó emocionalmente con zonas vulnerables. Silva afirma: “Fue una campaña que se sintió en la calle, no solo en la televisión”.
-
Errores estratégicos del correísmo y un tono confrontacional de Luisa González
Luisa González perdió impulso por errores propios. Su tono confrontacional en el debate y la sobreexposición en redes sociales generaron rechazo, especialmente entre jóvenes. Silva sostiene que “la agresividad desconectó, cuando la gente buscaba empatía y soluciones”.
A esto se sumaron escándalos como los chats de Augusto Verduga y las contradicciones sobre el rol de los “gestores de paz” y declaraciones desafortunadas de aliados correístas. Para Romero, todo esto alimentó la desconfianza: “Luisa no logró crecer en votos. En cambio, Noboa sumó más de 1,2 millones frente a la primera vuelta”.
-
El respaldo internacional, el contraste con Venezuela y Nicaragua y la prohibición de celulares en las urnas
En la recta final, Noboa proyectó una imagen de estabilidad al reunirse con el presidente de EE.UU., Donald Trump. El gesto, simbólico, pero poderoso, reforzó su posición frente a la de su rival. “Mientras él mostraba cercanía con Washington, el correísmo seguía vinculado a gobiernos como el de Maduro y Ortega”, explica Silva.
Chahuasqui agrega que González transmitió señales contradictorias sobre política exterior. “Reconocía a Maduro, pero proponía deportaciones masivas. No hubo claridad, y eso reforzó la idea de improvisación”.
A esto se suma, que el CNE prohibió el tomar fotografías a las papeletas, lo que para Silva “se reflejó en que las personas pudieron votar con libertad”.
-
Esperanza