Adorno de valor del rejoneador Leonardo Hernández, en Pamplona, donde conquistó su quinta puerta grande. EFE
La corrida de rejones del sábado 6 de julio del 2019 en el ciclo del abono de San Fermín fue triunfal. Leonardo Hernández obtuvo el triunfo más contundente en su carrera en la ciudad de Pamplona.
Con cuatro orejas abrió de par en par la puerta grande, la puerta del encierro -luego de una colosal actuación-.
Con lleno total se lidiaron toros de los hierros del Capea y Carmen Lorenzo (1º, 3º y 6º), con carnes y mucho volumen en general y, a falta de un punto más de raza y fondo, de muy buen juego para los caballos por su enclasado ritmo. El quinto, que no fue el mejor, fue premiado con la vuelta al ruedo. Tras ello, el mayoral de la ganadería también paseó el anillo acompañando a Leonardo Hernández.
Tanto el cuarto toro como el corrido en tercer lugar fueron reseñables por sus méritos. El ganadero Pedro Gutiérrez Moya, ‘El Niño de la Capea’ (vieja figura de la tauromaquia), ponderó las condiciones del tercero por su bravura.
Pablo Hermoso de Mendoza, silencio y oreja. Leonardo Hernández, cuatro orejas. Roberto Armendáriz, silencio en ambos toros.
Mundotoro.com recogió la actuación del triunfador así:
‘Salió con pies el segundo, que después de un topetazo contra un burladero se movió renqueante y con cierta descordinación. Se recuperó el toro en banderillas, embistió con bravura y raza y puso garra y fibra Leonardo montando a Enamorado, que en terrenos de tablas llevó a cabo una labor intensa gracias a un equino que demostró valor, elasticidad y mucha personalidad. Con Xarope puso a la plaza en pie con las elevadas antes del embroque y sus cortas al violín. El rejonazo fue fulminante, la muerte del toro espectacular y cayeron las dos orejas.
También con cuajo el quinto, que galopó con ritmo en un tercio de banderillas protagonizado por Calimocho y Alcochete, con el que Leonardo se fue de frente al animal, dándole metros para batir en corto y volver a galvanizar los tendidos. Xarope volvió a hacer de las suyas con las cortas al violín y después de otro rejonazo que tiró al toro patas arriba volvieron a caer otras dos orejas.
En declaraciones del caballista destacó su tarde así: “En Pamplona es mi tarde más rotunda, pero más allá del triunfo, me quedo con las sensaciones impresionantes cuando estas plazas grandes rugen de esa manera”, afirmó Leonardo Hernández tras cosechar cuatro orejas en Pamplona. “Los caballos han estado muy bien y me he sentido muy entregado”, insistió el jinete que también tuvo tiempo para dar la enhorabuena “al ganadero y maestro Capea por los dos grandes toros que me han tocado”. “Siempre hay matices que corregir, pero la tarde ha sido impresionante”, concluyó.
“Es una maravilla poder cuajar a un gran toro como este del hierro del maestro Capea”, aseguró Leonardo Hernández en los micrófonos de Toros tras pasear las dos orejas del segundo, un toro que tuvo como virtudes la bravura, movilidad y nobleza, aunque el algún momento le ha faltado un poco de más fuerza. En la faena del jinete destacó, sobre todo, un tercio de banderillas con mucha belleza y explosión. “Venir a Pamplona es un regalo y privilegio”, concluyó.