El paraguayo-ecuatoriano Daniel Librado Azcona llegó al Independiente en el 2010. Es el capitán del equipo. Foto: Eduardo Terán, Archivo / EL COMERCIO
En Independiente del Valle se juegan por la continuidad y los procesos. El uruguayo Pablo Repetto es testigo de esto. Llegó a finales del 2012 al cuadro de Sangolquí y desde entonces ha logrado cambiarle la cara al club.
Los ‘Rayados’ pasaron de ser la ‘Cenicienta’ del fútbol ecuatoriano a asumir el rol de protagonistas a escala local e internacional. Todo esto sucedió en apenas cinco años. Michel Deller, presidente vitalicio, y su directiva movieron sus fichas y el equipo pasó de tener un presupuesto de USD 3 millones en el 2013 a USD 5 millones, esta temporada.
La autogestión y la venta de jugadores hicieron posible esta evolución. Repetto fue testigo de la cantidad de jugadores que salieron del club para irse a otros países y equipos. Por sus manos pasaron Jonathan González, Fernando Guerrero, Daniel Angulo, Christian Ramírez, Mario Pineida…
En estos cuatro años, el club vendió 15 jugadores, pero Repetto encontró rápidamente sus reemplazos.
Los buscó en las canteras del club y en otros equipos que podían tener futbolistas con las cualidades que necesitaba su proyecto.
“Tratamos de suplir la salida de jugadores con chicos de la cantera. Si no los encontramos, los buscamos en otros equipos”, asegura el estratega uruguayo.
Repetto no lleva la cuenta de cuántos jugadores debutaron con él en estos cuatro años. Pero sí sabe quiénes se fueron consolidando a pesar de que ya tenían su recorrido en el fútbol ecuatoriano.
Por ejemplo, destaca a Jefferson Orejuela, Arturo Mina y Daniel Angulo. Incluso fue formando a algunos que tenían otro oficio dentro de la cancha.
“Al ‘Cunti’ (Luis) Caicedo lo ubicamos como defensa central. Antes de que nosotros lleguemos al equipo, él jugaba de lateral. Ahora se ha consolidado en esa posición y no lo hace mal”, recuerda el DT.
Una de las claves del éxito es la experiencia que ganaron algunos jugadores que se quedaron. El caso más claro fue el de Júnior Sornoza, quien dejó el equipo para irse al Pachuca y luego volvió al Independiente.
Ahora, el mediocampista es una de las figuras de los ‘Rayados’ en esta Libertadores.
Para el entrenador, el modelo dirigencial, la apuesta por los procesos y el respeto al jugador son las fórmulas que hicieron a Independiente uno de los grandes del país en los últimos cuatro años.
“La convicción de la dirigencia por el proyecto y el respeto sobre los jugadores son claves. A ninguno de nuestra plantilla le han quedado debiendo un centavo de los sueldos. Además se prioriza la parte humana”, asegura el preparador del club del Valle.
Esto se evidencia en la donación que hará Independiente para los damnificados por el terremoto. El directorio anunció que entregará la taquilla recaudada en el partido de vuelta ante River Plate, este jueves a las 17:30, en el Atahualpa.
Además, en Independiente apuestan por el fútbol vertical, el juego asociado y las transiciones rápidas. Para lograrlo, los experimentados cumplen un papel fundamental.
Repetto se respalda en el arquero Librado Azcona, en el lateral Christian Núñez y en el volante Mario Rizotto. Ellos son los intérpretes de su estilo de juego y en quienes más confía.
Por eso, los tres permanecen en el plantel. Azcona, por ejemplo, llegó a la Tri y es uno de los foráneos que más tiempo tiene en Independiente.
Él se unió en el 2009 para defender los colores de la Liga de Loja y desde el 2010 defiende la casaca negriazul.
Rizotto lleva tres años en el equipo y desde que se unió se transformó en uno de los titulares indiscutibles. A ellos se suman los talentos locales.
En su momento fue Daniel Angulo; ahora son Julio y José Angulo, Mina, Gabriel Cortez y el juvenil Bryan Cabezas.
Azcona, uno de los líderes y capitán del equipo, ha atajado 251 partidos del campeonato nacional. En torneos internacionales jugó la Copa Sudamericana y tres veces la Libertadores.
El guardavallas ya es parte de la evolución del club, que tiene la oportunidad histórica de jugar ante River Plate de Argentina, un rival de peso, que tendrá de oponente un equipo en constante crecimiento y que empieza a sonar en Sudamérica.