Conoce a fondo el manejo de uno de los clubes más exitosos del fútbol ecuatoriano. En 13 años en la categoría profesional, el equipo ha logrado un título internacional (Copa Sudamericana 2019), un título nacional (Campeón 2021), entre otros logros, y hoy el Independiente del Valle apunta a ser finalista nuevamente de la Sudamericana.
La institución impulsa a sus divisiones inferiores mediante un esquema de formación integral de sus deportistas y, además, genera acciones de responsabilidad social; la más reciente de estas es la entrega de la taquilla del partido jugado el miércoles ante el Melgar de Perú (victoria 3-0) para el combate de la desnutrición infantil a través de la fundación Redni.
¿Qué busca Independiente del Valle con acciones como la entrega de la taquilla del juego ante Melgar para causas sociales?
El sentido es devolver de alguna manera a la sociedad lo que esta nos da. Sabemos que muchas veces son temas que le correspondería atender al Gobierno, pero sabemos, también, todas las necesidades que tienen todos los ecuatorianos, y si nosotros, de alguna manera, podemos aportar al país, aportar a la sociedad, a los estratos más vulnerables, pues por qué no hacerlo.
En este caso es alarmante lo que pasa con tantos niños que, incluso, nacen desnutridos y que con toda seguridad en esas condiciones no van a ser más adelante un aporte importante para la sociedad. Y creemos que con el aporte que podemos dar, vamos a apoyar al futuro del país para que estas personas, estos niños, más tarde sean productivos y aporten para tener un Ecuador mejor.
No es la primera vez que hacen algo así…
En algún momento lo hicimos luego del terremoto del 2016 ocurrido en Manabí y Esmeraldas. La experiencia de verdad fue increíble; estuvimos muy agradecidos con toda la gente por cómo apoyó, cómo colaboró; llenamos el estadio en las cuatro jornadas que tuvimos. Y todo lo que se hizo entonces creo que llegó a un buen fin.
No lo hicimos por medio del Gobierno, lo hicimos por ONG internacionales que apoyaron en la generación de trabajo; el proyecto no se trató de darles vivienda o darles comida, sino simplemente de restablecer todo lo que habían perdido: se restituyeron canoas de pescadores, comedores de madres solteras, la casita que perdió alguna persona. Es decir, son obras que van activando la economía en cada una de esas provincias.
¿En qué más han intervenido?
Algún momento también colaboramos con las Damas Voluntarias del Hospital Pediátrico Baca Ortiz, que la verdad viven muy complicadas tratando de conseguir recursos que siempre son escasos y su obtención es difícil. Y si nosotros podemos ayudar de alguna manera, lo vamos a seguir haciendo. En otro caso no se trató de una taquilla sino que de manera conjunta con los jugadores, de los premios que obtuvimos, ellos aportaron con una casa y el club con otra para la Fundación Raíz-Caemba. Que construye viviendas para gente muy necesitada en la provincia de Esmeraldas. Y este año vamos a hacer lo mismo, vamos a donar dos casas, una los jugadores y otra el club. Y bueno, siempre estamos prestos para ayudar a la gente que tanto lo necesita.
¿El mensaje es que los clubes deben ser más que organizaciones deportivas?
No es ese el sentido. Todos los clubes somos instituciones deportivas y nuestra prioridad es siempre el fútbol. En nuestro caso, podemos hacer este tipo de gestiones y lo que estamos haciendo es -por decirlo de alguna manera- ayudando a ayudar. Y pedimos que toda la gente vaya al estadio y aparte de ver un partido de fútbol, aporte con ese dinero que irá para esos niños.
Pero nosotros solo trasladamos estos valores para que a través de un partido de fútbol benéfico y de importancia, como lo es el de una semifinal de Copa Sudamericana, la gente asista y a cambio de eso se beneficie a niños y madres.
¿Ejecutan otras acciones de responsabilidad social?
Una es el caso de la donación de casas que comenté. Además, tenemos hasta 120 chicos en nuestra ciudad deportiva a los que les damos alimentación, vivienda, colegio; el colegio para nosotros representa un rubro muy importante de dinero, pero sabemos que contribuimos a la sociedad porque algunos chicos, probablemente, no lleguen al fútbol profesional, pero van a poder defenderse en la vida.
Durante la pandemia también hicimos una contribución importante de los dineros del club para aplacar los problemas por los que atravesaban, sobre todo al inicio, la gente en la provincia del Guayas.
¿Cómo es en específico el trabajo con las formativas?
A todos los chicos se les da desayuno, almuerzo, ‘break’, cena; educación de primer nivel en un colegio que mantenemos al 100% nosotros, con una plantilla de profesores calificados para ello; una licencia que hemos adquirido, que vamos pagando un ‘feed’ mensual por toda la ayuda y el asesoramiento que nos dan. Y tenemos una escuela permanente en Esmeraldas y una en Guayaquil, además de escuelas satélites en las que siempre estamos buscando jugadores.