Tom Brady (cent.) celebra tras el triunfo de los New England Patriots en el Super Bowl del pasado 6 de febrero del 2017. Foto: AFP
Ninguna de las 50 ediciones anteriores del Super Bowl estuvo tan cargada de emoción y épica como la que ganaron el domingo, 5 de febrero del 2017, los New England Patriots de Tom Brady, que lograron una heroica remontada ante los Atlanta Falcons para celebrar el quinto título de su historia en el fútbol americano.
Los Patriots revirtieron una desventaja de 25 puntos, 19 de ellos en los últimos diez minutos de partido, para llevarse una victoria por 34-28 en el tiempo extra. Nunca una final de la NFL había llegado hasta el tiempo adicional. Nunca un equipo había desperdiciado una ventaja de más de diez puntos en un Super Bowl.
Nunca un mariscal de campo había llegado a los cinco títulos en la Liga estadounidense de fútbol americano, como lo hizo Brady. Nunca un entrenador principal había logrado cinco anillos, como los que ahora tiene Bill Belichick. Todas esas marcas se batieron en la noche del domingo enHouston en la edición 51 del Super Bowl, la más espectacular de la que se tenga memoria.
“Es el mejor de la historia, no hay nada qué decir”, dijo Belichick sobre Brady, quien pasó del abatimiento de la primera mitad a la gloria absoluta. “Tenemos a los mejores jugadores, lo merecían, jugaron como campeones”, añadió el manager principal de New England. “Es elMichael Jordan del Football”, completó su compañero defensivo Duron Harmon.
Brady, de 39 años, no podía dejar de agradecer tras el encuentro. “Estoy muy orgulloso de los muchachos, del equipo, de los entrenadores. Esto es increíble. Recordaremos esto por el resto de nuestras vidas”, añadió. Con su quinto anillo de campeón, Brady dejó atrás a leyendas como Joe Montana y Terry Bradshaw, otros mariscales que lo acompañaban con cuatro trofeos.
Para Belichick se trató del quinto título como entrenador principal, aunque la cifra se eleva a siete si se toman en cuenta los dos que logró como asistente en los New York Giants. Ambos son los rostros de una de las dinastías más importantes del deporte estadounidense, ganadora de cinco títulos en siete finales en los últimos 15 años.
Sin embargo, la noche de Houston pudo haber tenido un final muy distinto. El partido parecía definido al medio tiempo. La mejor ofensiva de la NFL, la de los Falcons, que buscaban su primer título, no tuvoningún reparo en humillar a un equipo histórico durante la primera parte. Matt Ryan demostraba por qué había sido elegido un día antes el mejor jugador de la temporada regular y pulverizaba una y otra vez a la defensa rival con sus pases.
New England pudo anotar sus primeros puntos poco antes del final del segundo cuarto, con un gol de campo de Stephen Gostkowski que puso el 21-3. A los nueve minutos del tercer cuarto, sin embargo, el marcador era de 28-3. Después de la exhibición de medio tiempo de Lady Gaga, el tercer cuarto fue un calco del inicio del partido.
Los receptores de los Patriots tuvieron un desempeño flojo y la impotencia de Brady se acentuó conforme avanzaba el reloj. Pero el milagro sucedió. Con casi diez minutos por jugar, Gostkowski convirtió para tres puntos y recortó el partido 28-12 en el último cuarto. Y a falta de seis minutos, Ryan tuvo su primer error, soltó el balón y permitió un nuevo ataque de New England. Y con Brady todo es posible.
El mariscal de los “Pats” conectó un pase de touchdown con Danny Amendola y, en la jugada siguiente, los Patriotas lograron una conversión de dos puntos para acercarse 28-20. En el momento más caliente del partido, Julio Jones volvió a aparecer en Atlanta. Pero su espectacular recepción no sirvió de mucho.
Un doble error defensivo de los Falcons le dio a Brady una nueva oportunidad de buscar el empate. Tres minutos y medio, además de 95 yardas, separaban al mariscal de New England de un quinto anillo con el club, una estadística inédita en la historia de la NFL. Julian Edelman recibió, con dos minutos por jugarse y mucho dramatismo, una pelota que fue protestada por Atlanta.
Los Patriots se acercaban a la zona de anotación y por fin la suerte les sonreía. Amendola recibió el pase de Brady en la yarda 20 de Atlanta. La remontada más grande de cualquier Super Bowl parecía posible. El milagro no parecía exagerado. No para Brady. White anotó el touchdown y Amendola convirtió dos puntos para el 28-28. Houston vivía en carne propia la historia grande de la NFL y el partido se iba a la prórroga.
Brady y sus Patriots dieron una cátedra de una ofensiva en serie y, después de un grave error de la defensiva de los Falcons, que interfirió en una jugada muy cerca de su zona de anotación, le regalaron la posibilidad de ganar a New England. Fue en la segunda oportunidad que White, héroe en tierras tejanas, concretó la más grande voltereta de todos los tiempos.
Los Patriots ganaron 34-28. Fue, curiosamente, el único momento de toda la noche en el que estuvieron en ventaja. El presidente de los Estados Unidos, aficionado de los Patriots y amigo de sus principales figuras, tuiteó minutos después del final del encuentro: “Qué remontada increíble.
Tom Brady, Bob Kraft (el dueño de la franquicia) y coach Belichick son unos ganadores totales”. “Llevaremos esta porquería a casa”, dijo, irónicamente, Brady al recoger el trofeo Vince Lombardi y tras ser elegido el mejor jugador del Super Bowl. Completó en total 43 pases y 466 yardas para entrar en la historia grande del deporte.