Para Novak Djokovic, el reto es lograr un título olímpico y apoyarse en él para ser el primer hombre que gana el Golden Slam; para Naomi Osaka, la tarea consiste en dejar a un lado la presión que la ha apartado del circuito durante siete semanas y subir al podio en su país y en sus primeros Juegos.
El serbio y la japonesa encabezan la relación de favoritos del torneo de tenis de los Juegos de Tokio, con la complicidad voluntaria o forzada de los muchos jugadores, sobre todo ellos, que no disputarán los Juegos por lesión o por su deseo de reservarse para el circuito profesional.
Un circuito, el femenino, que Osaka no pisa desde el 30 de mayo. Dos días después se retiró de Roland Garros, multada por no acudir a las ruedas de prensa tras alegar que no era bueno para su estabilidad mental. Mientras tanto, la checa Barbora Krejcikova ganó a la rusa Anastasia Pavlyuchenkova en la final del torneo parisino y la australiana Ashleigh Barty a la checa Karolina Pliskova en la de Wimbledon. Las cuatro estarán sobre las pistas duras del Parque Ariake de Tokio con intención de cortar el camino de Osaka hacia el triunfo.
Con cuatro títulos de Grand Slam en su historial y tres finales en el torneo de Tokio (una victoria), a Osaka le sobra tenis para ganar una medalla, incluso de oro, en los Juegos. “Después de tomarme las últimas semanas para recargar pilas y pasar tiempo con mis seres queridos, he tenido tiempo para reflexionar, pero también para mirar hacia adelante”, escribió a principios de julio la nipona en un comunicado.
“No podría estar más emocionada por jugar en Tokio. Unos Juegos Olímpicos en sí mismos son especiales, pero tener la oportunidad de jugar ante los aficionados japoneses es un sueño hecho realidad”, añadió, antes de saber que el público sería finalmente vetado de los estadios.
Imposible saber cómo le afectará la falta de unos espectadores que podrían haberla llevado en volandas de set en set, aunque es probable que sus seguidores encuentren otras maneras de transmitir a Osaka su cariño. Abrirá turno en la pista central este sábado. Barty, líder de la clasificación mundial, será la primera cabeza de serie, seguida de Osaka, de la bielorrusa Aryna Sabalenka y de la ucraniana Elina Svitolina.
España participa en el cuadro femenino con lo mejor del momento: Garbiñe Muguruza, séptima cabeza de serie y que se cruzaría con Barty en semifinales; Paula Badosa, en la temporada de su irrupción en la élite, Sara Sorribes, primera rival de la australiana, y Carla Suárez, que tras superar su enfermedad prolonga su gira de despedida con buenas sensaciones y cada vez más cerca de firmar grandes resultados ante las jugadoras de arriba de la tabla.
La puertorriqueña Mónica Puig, campeona en Río 2016, no está en los Juegos debido a una lesión de hombro.
También faltan las estadounidenses Serena Williams -“por muchas razonas, no me apetece hablar de ellas”, dijo- y Coco Gauff -por positivo de covid-.
Entre las participantes, solo una se subió al podio olímpico individual en Río: la checa Petra Kvitova, medalla de bronce.
La australiana Samantha Stosur disputará sus quintos Juegos y la neerlandesa Kiki Bertens jugará en Tokio su torneo de despedida.
En su mejor temporada quizá no en juego pero sí en cuanto a resultados en las citas grandes, Novak Djokovic se planta en Tokio con los trofeos del Abierto de Australia, Roland Garros y Wimbledon en la mochila. Si ganase el Abierto de Estados Unidos en agosto sería el primero en lograr el Grand Slam desde Rod Laver (1962 y 1969); pero si por el camino añade el oro olímpico, se convertiría en el primer hombre en ganar el conocido como Golden Slam, una gesta solo firmada por la alemana Steffi Graf en 1988.
“No puedo tener una preparación mejor de la que tengo este año”, ha comentado en Tokio. Djokovic asegura que, tras muchas dudas, acude a los Juegos “por patriotismo”. Ya ganó una medalla de bronce en Pekín 2008, pero darle un oro a Serbia le motiva particularmente.
No podrá cruzarse en el cuadro con el español Rafael Nadal, ni con el suizo Roger Federer, ni con el italiano Matteo Berrettini, uno de los mejores esta temporada. El primero renunció para evitar “excesos” en su cuerpo que podrían impedirle “seguir luchando en el medio y largo plazo por los títulos”. Más o menos las mismas razones que esgrimió el austriaco Dominic Thiem. Federer y Berrettini faltarán por sendas lesiones.
Pero sí tendrá que doblegar Djokovic a hombres como el ruso Daniil Medvedev o el griego Stefanos Tsitsipas, sus respectivos rivales en las últimas finales de Australia y Roland Garros y que son segundo y tercer cabeza de serie en el cuadro olímpico.