Con siete victorias en 13 carreras disputadas y 60 puntos de ventaja sobre su inmediato perseguidor, Sebastian Vettel prácticamente tiene su cuarto título mundial en el bolsillo. El triunfo en Singapur fue el más reciente episodio del dominio que el alemán ejerce sobre sus rivales desde hace tres años.
Aunque sus rivales aún tienen posibilidades matemáticas de superarlo en el campeonato, la expectativa se estrella contra una realidad que no deja lugar a las conjeturas dada la abrumadora superioridad de su desempeño.
Con la diferencia acumulada, y a falta de seis carreras para el final de la presente temporada, Vettel pudiera concluir la segunda etapa asiática del certamen como campeón, si Alonso no logra sumar más de 11 puntos, lo cual también parece bastante improbable.
Pocos comprenden cómo hace el español para llevar hasta el podio un vehículo de prestaciones inferiores, en comparación con los de sus rivales más directos, en casi todas las citas del Mundial.
Sin embargo, el criterio casi unánime le atribuye esos resultados al impecable pilotaje que demuestra en cada carrera, pese a lo desalentador que debe ser saberse muy lejos de las condiciones técnicas con las que cuenta el adversario a batir.
Con el triunfo de Vettel en Singapur, Ferrari abandona cualquier posibilidad de mejora en el F138 para enfocarse en el desarrollo del monoplaza del próximo año, tal como lo anunció Stefano Domenicali en Italia hace tres semanas.
Pero si no es en Corea o Japón, seguramente sucederá lo inevitable en India, Abu Dhabi, Estados Unidos o Brasil. “Se necesita una invasión de Corea del Norte en Corea del Sur, un terremoto en Japón, una fiebre de dengue en India, una tormenta de arena en Abu Dhabi, un tiroteo en Texas y un atraco a mano armada en Brasil para apartar a Vettel de su cuarto Mundial”, sentenció el diario británico Daily Mail.
Con ello, el piloto de Red Bull tiene una razón adicional para tomarse un respiro y pensar en su condición de casi tetracampeón mundial de F1 con apenas 26 años.
Pero no todo es alegrías para el ‘joven maravilla’, pues a su paso por la recta final y en el podio de los triunfadores fue abucheado por un considerable número de fanáticos, tal como le sucedió en Monza.
En aquella ocasión, el incidente fue atribuido a la mayoritaria presencia de aficionados de Ferrari, que competía en el trazado al que considera su casa. No obstante, en Singapur, el tema cobró otro matiz.
“Si algunos me abuchean me lo tomo como un piropo. Me tienen envidia”, declaró Vettel al ser consultado al respecto.
Los medios también abordaron a Christian Horner, jefe del equipo Red Bull, para preguntarle su opinión. Él cree que esta situación pudiera llegar a afectar a su piloto.
“Por supuesto que dice que no le afecta, pero él también es una persona”, dijo el directivo.
Los rivales se solidarizaron con Vettel ante esa situación. “Nadie debería ser abucheado por su éxito, da igual lo difícil o fácil que fuera lograrlo. Definitivamente eso no está bien. Él está camino de su cuarto título y merece consideración”, dijo Lewis Hamilton luego de la carrera.
Domenicali también expresó su rechazo a lo sucedido con el piloto alemán, aunque su mensaje resultó algo ambiguo.
“No me alegré cuando escuché que Vettel fue abucheado en el podio de Singapur. Él lo hizo perfecto y fue ayudado por un auto tan rápido como fiable: eso debería ser reconocido. Pero por otra parte, eso muestra que el apoyo a Ferrari es único e increíble, que la pasión que inspira el ‘cavallino rampante’ es verdaderamente global”, señaló.
La última parte hace referencia al hecho de que Alonso, por el contrario, suele ser vitoreado en diferentes pistas y países, por la calidad de su manejo, por pertenecer a Ferrari, o por ambas cosas.
Lo que no está claro (y talvez nunca lo esté) es si lo sucedido en Singapur fue el comportamiento de un grupo de aficionados que apoya incondicionalmente a la casa de Maranello, o el de un sector de la afición cansado de ver al mismo ganador en cada Gran Premio.
SI se tratara de lo segundo, la complacencia para todos quienes comparten ese sentimiento podría llegar en marzo próximo, cuando las nuevas reglas técnicas de la categoría estandaricen las opciones de las escuderías, o al menos las de las más poderosas.