Para los amantes de autos Ferrari, Cavallino Classic constituye una cita obligatoria. Cada año, el evento que se lleva a cabo en la localidad de Palm Beach, Florida, EE.UU., congrega a decenas y hasta cientos de ejemplares de la marca italiana, de todos los tiempos.
Dada la exclusividad que el fabricante imprime en todas sus creaciones desde 1947, cada auto presente en la cita es una muestra de lo más avanzado de su época en materia de diseño, tecnología mecánica y calidad de construcción .
Allí se pueden encontrar desde los primeros modelos salidos de la fábrica de Maranello, hace más de seis décadas, hasta los superdeportivos más recientes y deseados por los usuarios actuales.
Los vehículos más exóticos también tienen su espacio y suelen convertirse en el centro de atención de los visitantes a la muestra.
Versiones especiales de un determinado modelo, ejemplares de edición limitada o incluso autos únicos en su tipo, que en muy pocas ocasiones son exhibidos públicamente, son los principales atractivos de Cavallino Classic.
Tal fue el caso del Superamerica 45, un ejemplar construido por pedido expreso del coleccionista estadounidense Peter Kalikow, quien lo encargó como un modelo conmemorativo del 45 aniversario de la compra de su primer Ferrari.
En 1966, Kalikow precisamente había adquirido un Superamerica 400 de segunda mano, razón por la cual pidió a Ferrari que le fabricara un auto del mismo nombre.
El diseño y construcción de este modelo inédito corrió por cuenta de la unidad de Proyectos Especiales de la marca italiana. Para ello tomó como base al 599 GTB Fiorano, pero también incorporó ciertos elementos del 575M Superamerica del 2005 y del SA Aperta presentado el año pasado.
No obstante, el vehículo tiene suficientes elementos propios para ser considerado un modelo original. Entre ellos se cuentan los pilares A con acabado en aluminio pulido, los guardafangos delanteros y posteriores con grandes aireadores, los faldones laterales y el difusor posterior.
El color azul de la pintura, denominado Blu Antille, ya fue utilizado por Ferrari en el 400 Superamerica descapotable de 1961.
En el interior, el Superamerica 45 exhibe una bien lograda combinación de colores beige y azul oscuro en los recubrimientos. A eso se suma la extensiva utilización de la fibra de carbono para lograr un ambiente deportivo y elegante a la vez.
No obstante, el elemento más destacado de este descapotable es el sistema de apertura del techo, constituido por una sola pieza de fibra de carbono que incorpora la pequeña ventana trasera.
El techo va unido a la carrocería mediante dos anclajes laterales ubicados en la parte posterior, de tal manera que cuando está el conductor acciona el mecanismo para retirarlo, este pivota en los anclajes hacia atrás, hasta apoyarse sobre la tapa del maletero.
Una vez en esa posición, el techo aumenta la carga aerodinámica del auto para hacer más seguros los desplazamientos a altas velocidades, especialmente en curvas.
Ferrari no descarta utilizar este sistema, diseñado con la ayuda de Pininfarina, en algunos de sus modelos de nueva generación.
Fuentes: autoweek.com y autoblog.com