El Bayer Leverkusen y Piero Hincapié iniciaron oficialmente su temporada con la Supercopa de Alemania ante el Stuttgart. El equipo del defensa ecuatoriano selló su triunfo y campeonato tras un marcador de 4-2 en los penales tras un empate agónico de 2-2 en el tiempo reglamentario.
El elenco farmacéutico sufrió hasta el final en un compromiso en el cual, de entrada, partía como favorito. En la campaña previa, el cuadro se había coronado como campeón de la Bundesliga y la Copa de Alemania, así como subcampeón de la UEFA Europa League.
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La Supercopa alemana, regularmente, enfrenta al campeón de los dos torneos de mayor importacia de su país. Dado que el Leverkusen finalizó como el monarca en ambos, el Stuttgart fue el equipo que consiguió el cupo para disputar el cotejo debido a su posición en la Bundesliga.
En torneo teutón, el equipo blaquirojo quedó en el segundo puesto, por encima del del Bayern Múnich, y se hizo con el derecho de enfrentar a los de Piero Hincapié. Para el choque, el ecuatoriano fue elegido como titular por el DT Xabi Alonso y se mantuvo durante los 90 minutos.
El Leverkusen y Piero Hincapié se pusieron por delante, pero los complió una expulsión
El Bayer Leverkusen revalidó la concidción con la que había partido y se puso en ventaja antes del cuarto de hora del cotejo. Víctor Boniface fue quien, a los 11 minutos de juego, recibió la pelota en el área y puso el 1-0.
No demoró demasiado el Stuttgart para poner el empate. Enzo Millot fue quien apareció y consiguió el 1-1. Después de la igualdad, el conjunto de Piero Hincapié también sufriría más de un apuro y sería salvado por el travesaño en dos ocasiones, situación que empeotó a raíz de una expulsión.
A los 37′, el volante Martin Terrier realizó una potente entrada y el juez centras decidió mostrarle la tarjeta roja. Aunque la primera mitad finalizó con tablas en el marcador, en la última etapa, el Stuttgart se agrandó.
Leverkusen cambió su ritmo sobre la hora
Con la desventaja numérica en el campo de juego, el Leverkusen optó por una postura más desfensiva. Pese a ello, sus contrincantes se las arreglaron para lograr una momentánea remontada.
A los 63, Denis Undav puso el 2-1 y al Leverkusen contra las cuerdas. Con ese panorama, Piero Hincapié consiguió bloquear un remate justo del mismo futbolista que pudo dejar a los farmacéuticos con un tanto más de desventaja. Aquella salvada del ecuatoriano fue fundaental para lo que luego haría su escuadra.
Después del tanto, el equipo de Xabi Alonso volvió a salir de su cancha y lanzó una propuesta ultraofensiva. A pesar de tener uno menos, su planteamiento le permitió mostrarse mejor que sus adversarios y construir un empate sobre la hora.
A los 88, tras una serie de toques en ofensiva y un pase filtrado, Patrik Schick encontró la pelota en el área. Borde interno y a colocar para volverle a dar vida a su equipo y encadaner una redención final.
El Leverkusen, campeón en penales
El 2-2 forzó la definición en penales y aquel campeonato que había acariciado el Stuttgart se diluyó. El acierto de sus pateadores, una atajada y un error del rival le sirvieron al Leverkusen para hacerse con su primera Supercopa de Alemania y el tercer título de su historia.
El plantel de Piero Hincapié no erró ningún penal, aunque este no estuvo presente en ninguna de las ejecuciones. Hradecky atajó uno de los lanzamientos del plantel adversario y Silas Katompa erró el lanzamiento final, lo cual dirimió un marcador de 4-2 desde los 12 pasos y el histórico título del Bayer Leverkusen.