El Club de Autos Clásicos del Ecuador festejó sus bodas de plata con un recorrido turístico por diferentes regiones del país. Foto: cortesía Club de autos clásicos del Ecuador
Con un espectacular recorrido turístico por la Sierra centro y sur, la Amazonía y parte de la Costa ecuatoriana, el Club de Autos Clásicos del Ecuador (Clasec) celebró hace pocas semanas sus 25 años de creación.
23 vehículos miembros, entre los cuales un Volkswagen Escarabajo de 1964 era el más antiguo y un Citroën CX de 1982 era el más moderno, con sus respectivas tripulaciones, se embarcaron en una travesía que durante ocho días recorrió 11 provincias y 2 250 kilómetros.
Galo Maldonado, vicepresidente del club, explica que en años anteriores ya se habían realizado varios recorridos nacionales e incluso internacionales, como los que traspasaron las fronteras hacia el eje cafetero colombiano, en el 2012, y hacia el santuario del Señor de Sipán en Perú, el año pasado, pero este año tenía el componente especial de que la agrupación celebraba sus bodas de plata.
Para ello, los directivos y miembros del club decidieron que el recorrido debía realizarse íntegramente por el territorio nacional, pero de preferencia por carreteras secundarias para así admirar paisajes y conocer pueblos recónditos en cada lugar de paso.
Al grupo local se unieron un invitado estadounidense, un argentino, un peruano y un colombiano que participó en la travesía a bordo de un Renault 4 de 1974 que previamente cubrió la distancia entre Pasto y Quito.
La caravana partió de la capital el sábado 4 de julio con rumbo hacia el sur. Por vías paralelas a la Panamericana cruzó Sigchos, Chugchilán, Zumbahua, Pujilí y llegó hasta Salcedo. Al día siguiente continuó por Ambato, Riobamba, Guamote y las lagunas de Atillo con rumbo a Macas. El tercer día prosiguió por Méndez hacia Cuenca, con una parada en la represa de Mazar.
Desde la ‘Atenas del Ecuador’ siguió hacia Girón, Santa Isabel, Pasaje, Piñas y Zaruma, donde los viajeros fueron recibidos por el Alcalde y se organizaron un desfile y una exhibición en la plaza central.
Desde ahí la travesía se dirigió hacia Portovelo, El Cisne, Loja y Vilcabamba, en su quinto día. En el sexto se enfiló nuevamente hacia Loja, Zamora y Gualaquiza, donde los viajeros vivieron una experiencia similar a la de Zamora.
La penúltima jornada recorrió buena parte de la Troncal Amazónica en el tramo Gualaquiza – Macas – Puyo, para desde ahí dirigirse a Baños de Agua Santa.
El retorno a Quito se dio por la vía alterna que une Baños con Patate, Píllaro y Salcedo, desde donde tomaron la vía Panamericana.
A lo largo del trayecto no faltaron los desperfectos mecánicos, considerando que los vehículos tenían un promedio de 38 años de antigüedad. “Siempre hay problemas que se van resolviendo en la ruta. En esos momentos salen a relucir la camaradería y la solidaridad de todos los miembros del club”, asegura Maldonado.
No obstante, tres vehículos sufrieron desperfectos que no pudieron resolverse en el camino y les impidieron completar el recorrido. Una camioneta con remolque del club brindó la asistencia requerida a los autos averiados.
El balance final dejó una gran satisfacción. “Ecuador tiene paisajes maravillosos que mucha gente no conoce. La calidez de la gente que nos recibió en cada pueblo es algo digno de destacar. Y nuestros autos siguen estando en condiciones de transitar por cualquier camino”, concluye Maldonado.