Alexandra Salvador nació en Ontario, Canadá, el 11 de agosto de 1995. Tiene 23 años. Foto: Archivo / ELCOMERCIO
Los cambios de frente de Alexandra Salvador motivaron los aplausos del entrenador de la selección ecuatoriana de fútbol femenina, Luigi Pesacarollo, durante el último microciclo que realizó la Tri, en Guayaquil, al finalizar enero.
La mediocampista, de vacaciones en el país, formó parte de la nómina. Hasta diciembre del 2018 militó en el Lokomotiv, de la primera división de República Checa, y tras finalizar su contrato decidió quedarse en Quito para pasar las fiestas navideñas.
“Quito es la mejor ciudad del mundo para mí, aquí están mis abuelos paternos y mis raíces”, destaca la deportista de 23 años. Nacida en Canadá, con estudios en Estados Unidos y jugadora en Europa, se declara enamorada de Ecuador, de donde es oriundo su padre.
Además del clima y la comida, la deportista siente arraigo por la capital debido a que fue allí donde comenzó a jugar fútbol. Su papá, Gianni, le enseñó a gambetear y a patear el balón cuando tenía 4 años.
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Biografía. Alexandra Salvador nació en Ontario, Canadá, el 11 de agosto de 1995. Tiene 23 años.
Experiencia. Participó en los campeonatos universitarios de Estados Unidos, con la Universidad de Alcorn, como capitana. En Ecuador defendió a la U. San Francisco. En 2018 jugó profesionalmente en el Lokomotiv checo.
Selección. Formó parte de la Tri que disputó el Mundial de Canadá 2015.
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Siente que el fútbol está en su sangre. Su padre formó parte de las formativas de Liga de Quito y sus dos hermanos menores también juegan a nivel colegial. “En la casa solo se habla de fútbol, nos une como familia, nos apasiona”, dijo con visible emoción.
‘Ali’, como la conocen sus amigos, estuvo en Quito durante la final entre Liga de Quito y Emelec, en diciembre del año pasado. Se confiesa hincha de los azucenas, por lo que asistió al estadio Rodrigo Paz Delgado y después festejó el campeonato en la pileta de la plaza Indoamérica.
Entre diciembre y febrero, mientras está de vacaciones, aprovecha para poner en práctica su español. Es oriunda de Ontario y luego se radicó en Ecuador. Estuvo cinco años y después regresó a su país natal junto a sus padres, por lo que el inglés es el idioma que domina. Durante el año pasado se vio obligada a aprender palabras y expresiones en checo, para comunicarse con sus compañeras y cuerpo técnico.
La entrenadora Vanessa Arauz fue quien la vio jugando en territorio norteamericano y la invitó a formar la selección sub 20, en el 2014. Desde entonces formó parte de la Tri, e incluso estuvo en el Mundial de Canadá en el 2015.
Aunque solo actuó en un partido –ante Suiza– cuenta que ese Mundial fue una de las experiencias más gratificantes de su vida. “Cada vez que me pongo la camiseta de Ecuador es como si estuviera viviendo un sueño. En el Mundial fue especial, porque mi familia estuvo en las gradas”, dijo.
Pese a su edad, Salvador es una de las jugadoras más experimentadas de la selección femenina. Jugó durante cuatro años en la Universidad de Alcorn State, en Misisipi, Estados Unidos, en la Universidad San Francisco de Quito y en el Lokomotiv checo.
Además de jugar fútbol, en la universidad de Alcorn culminó sus estudios, gracias a una beca deportiva completa, y recibió su título como quinesióloga. Por ahora prefiere priorizar su carrera como futbolista profesional.
En Alcorn utilizó la camiseta 13 y fue capitana del equipo. Su mejor temporada en estas lides universitarias fue en el 2016. Ese año, además fue una de las más destacadas. Jugó 1121 minutos en 11 partidos completos.
El año pasado consiguió el récord de nueve partidos ganados en casa. Eso hizo que los dirigentes del cuadro europeo se fijaran en ella y decidieran ficharla. El 1 de agosto firmó su primer contrato como profesional.
Su experiencia internacional le ayudó a mejorar su técnica, por lo que fue una de las más destacadas en las jornadas de entrenamiento de la selección, que se realizaron la semana pasada en el complejo de Fedenador, en Guayaquil. Reconoce que el nivel de competencia en el país es alto.
“Hay chicas ecuatorianas que están jugando en Europa, Brasil y Estados Unidos, eso habla bien de nuestro desarrollo como país. Esa experiencia servirá para fortalecer a la selección en competencias futuras”, dijo la mediocampista diestra.
Tras su desvinculación del Lokomotiv checo, está a la espera de cerrar su fichaje al fútbol de Suecia o Islandia. “Hay detalles que concretar, pero estoy emocionada por el reto. El frío no será un inconveniente”, dijo entre risas. Ahora espera seguir luciéndose.