Como ha sido característica de este Gobierno en varios aspectos, la vacunación de los ecuatorianos ha sido improvisada, sesgada, atrasada y lenta, sin una planificación científica y estratégicamente bien concebida y técnicamente realizada. En efecto, empezaron muy tarde las gestiones con las diversas farmacéuticas productoras de las vacunas, las han aplicado con una lentitud desesperante utilizándolas primero para inmunizar a los parientes y amigos del régimen.
Desde que se inició la vacunación hasta la presente fecha, en números redondos se ha administrado la primera dosis alrededor de 400 000 personas y la segunda a 200 000 ; por consiguiente al actual ritmo de inmunización, en los 30 días que faltan para el 24 de mayo no se cumplirá el ofrecimiento de vacunar a 2 millones de ciudadanos de las fases 0 y 1.
El Ecuador, para alcanzar la inmunidad comunitaria o de rebaño, necesita vacunar del 70 al 85 por ciento de la población, es decir a unos 12 a 14 millones de habitantes con 24 a 28 millones de dosis. Considero que el nuevo gobierno a partir del 24 de mayo, tendrá que dedicarse como primera prioridad a terminar la inmunización de los que faltan de las fases 0 y 1 e inmediatamente y con la mayor celeridad del resto de ciudadanos durante los siguientes tres meses. Solamente así, evitaremos el deceso de más ecuatorianos y podremos por fin iniciar la reactivación de la economía nacional.