El Gobierno, con vallas, grabaciones de audio y TV titula obras y proyectos, lo cual no es criticable en cuanto sea información, pero en tiempo de precampaña resulta propaganda lo que está prohibido por la Ley. Tenemos dudas razonables sobre adónde avanza la revolución. Parecería hacia la consolidación de una dictadura con maquillaje democrático. Todos los poderes están controlados por el Presidente. “Los elegidos en concursos” son cercanos a Correa gracias a interpretaciones subjetivas de la Ley y trampas en los reglamentos, integrándose así los poderes judicial, electoral y ciudadano. Al título de la revolución avanza hay ampliaciones criticables que no guardan relación con la realidad. Unos pocos ejemplos: 1.-Esta obra la financia la revolución. (No es cierto. El dinero proviene de los ciudadanos y del petróleo. 2.-Los honrados somos menos. (Afirmación aceptable si se refiere a los que no estamos trabajando en dependencia del Gobierno). 3.-La prensa miente. (Simple enunciado. Si fuera comprobable, los periodistas estuvieran en la cárcel y clausurados EL COMERCIO, El Universo, Hoy, Vistazo, etc. 4.-Ahora si podemos volver a creer en la justicia. (Imposible desde que Correa metió las manos).5 .-Se propuso: ¿por qué no estatizar la comunicación? (Esto sí es posible en las dictaduras y lo fue con el fascismo y el nazismo).6.-Los candidatos juraron “lealtad al proyecto”. (Léase sometimiento a Correa. ¡Qué humillación perder la libertad de conciencia!