Cambios transcendentales se viven, nuevos rumbos democráticos, nuevas alianzas geopolíticas, re direccionamientos de entidades de orden y control, entre las que destacamos el CPCCS, sin embargo, es preciso preguntarse, ¿qué tiempo durará lo eficiente y eficaces que han demostrado ser?
Es evidente que esta pregunta guarda una estrecha relación con quienes en la actualidad la lideran, y posiblemente la respuesta sea: plantear que dichas autoridades mantengan sus cargos, pero la pregunta continuaría, ya que en el sector público, las autoridades son pasajeras, sin considerar lo reciclables que resultaron ser en la década pasada, pese a esto considero que una de las alternativas para que la institucionalidad no sea vulnerada no solo del CPCCS, sino de todas las que conforman el sector público, consiste en blindar sus procedimientos de ejecución administrativa y operativa, este nuevo concepto se olvidaron aplicarlo, porque una de las herramientas que lo permitía se quedó en proyecto, es ahora que se debe aprovechar esta metodología muy conocida en los ámbitos de gestión, pero que muy pocas veces se aplica, tal vez como una especie de egoísmo, ya que es preferible dejarla vulnerable, y pueda seguir sirviendo a mezquinos intereses que por el momento no lo están, pero que aún merodean ya que saben que la pobreza ha sido su mayor aliada y se valen de ella para ocupar cargos o crear cargos que satisfaga un espejismo de necesidad colectiva bautizando a estos procesos de manera errónea como revolución.
Es importante reconocer que las gestiones de las diferentes áreas que maneja el estado, aún están sufriendo cambios, pero nada se hace con respecto de proteger su gestión y que tenga continuidad, ya que siempre ha sido manipulada por enfoques políticos ocasionando muchísimos riesgos innecesarios, sin embargo, se posee de un primer paraguas que se denomina Constitución, que protege nuestros derechos y obligaciones, para blindar procedimientos, partiremos de ella, considerando que las diferentes normas establecidas aún siguen siendo cuestionadas, confiemos que para llegar a el enfoque de continuidad de un desarrollo duradero, permanente, sostenible y sustentable de nuestro Ecuador renovado se lo alcance, siempre y cuando demos paso un cambio normativo de una nueva forma de hacer democracia que nos una y nos devuelva la seguridad y confianza.