Si bien es cierto que los ecuatorianos todavía no logramos salir del asombro al ver el despilfarro económico que ha existido en estos nueve años por parte de este Gobierno, especialmente tomando en cuenta que al país no le sobra el dinero. No menos sorprendente es ver cómo Correa ha despilfarrado su popularidad.
Después de llegar a tener una aceptación del 75% y con un barril de petróleo cerca de USD 100, es increíble cómo logró mermar esa popularidad al punto de poner en riesgo la supervivencia de su movimiento político. Las cansonas sabatinas con sus insultos y burlas, la agobiante publicidad en TV, los conflictos permanentes con diversos sectores, los atropellos a la democracia y a las libertades, la falta de fiscalización, la falta de ahorro, la abominable deuda externa, los excesivos impuestos y sus leyes de Herencia y Plusvalía que paralizaron la economía, son los factores que han producido un desgaste irrecuperable para el Gobierno. No era tarea fácil, pero ¡Correa lo logró!
A los ecuatorianos nos deja un país quebrado y un intenso estrés producto de no saber con qué nueva ocurrencia va a salir o quién va a ser la próxima víctima de sus ataques. Ahora les tocó a los militares. Mañana quién sabe. Solo cuando este Gobierno termine los ecuatorianos podremos volver a tener esa paz que tanto necesitamos.