Para que la sociedad en general se desarrolle en un país debe haber igualdad de oportunidad. Esto es, todo ser humano debe tener los mismos derechos y las mismas obligaciones. Pero, para que estas condiciones se den, debe regir una misma justicia para todos, y, lamentablemente una de las mayores debilidades de nuestra nación es la falta de justicia, por eso existe la histórica frase: “la Ley se ha hecho sólo para el de poncho”. Nuestra justicia lastimosamente es comprable, ya sea con coimas en efectivo o con cargos públicos para que se beneficien de los mismos. A través de la historia y en base a las publicaciones de la prensa se puede verificar lo expuesto. Los grandes escándalos derivados de las noticias causan estupor, pero conforme pasa el tiempo nos vamos olvidando de lo acontecido, especialmente del daño causado a la sociedad.
Sinceramente creo, que si no hacemos actos de conciencia al respecto y tomamos las medidas respectivas para asegurar el efecto positivo de la Ley: castigando al culpable y liberando al inocente en forma justa, sentando así, el precedente de que nadie puede estar sobre la Ley, no evitaremos el abuso de poder que tanto daño ha causado y causa a nuestra sociedad.
Debo decir que el sentimiento expuesto incluso se debe a mi experiencia vivida, pues ya voy para los 26 años de litigar reclamando mis derechos que han sido vilmente atropellados y, que a pesar de tener sentencias judiciales y constitucionales ejecutoriadas a nuestro favor.