Uno de los problemas que más aquejan a la humanidad, es la facilidad con la que un ser humano puede llegar a los extremos. A lo largo de la historia vemos como siempre que los pensamientos sociales toman una posición, esta empieza a salirse de control hasta llegar a extremos innecesarios, las posiciones centrales nos resultan casi imposibles. Como cuando un gobierno toma una posición de derecha, llega un momento en que el que el pueblo se cansa, y en las próximas elecciones, el gobierno hay un giro drástico de izquierda, desestabilizando el funcionamiento del estado, y creando un pueblo que nunca está conforme con su situación.
Lo mismo puede suceder con movimientos sociales, que empiezan con causas lógicas y concretas pero, con el paso del tiempo, llegan a defender ideas extremistas y exageradas, y así vemos cómo las ideas de estos movimientos se convierten en verdades indiscutibles. Nunca podemos llegar a un punto medio donde un gobierno tenga un balance entre defender la economía y la tradición, y de defender los derechos e intereses del pueblo, ni tampoco podemos luchar por derechos e intereses hasta el punto necesario sin llegar a buscar derechos falsos o atentar contra otros derechos. Por esos, países que han tomado políticas de centro han logrado mejores resultados económicos, políticos y sociales. Existen dos posibilidades, seguir apoyando ideologías extremistas o crear ideologías propias.