Por fin se han expedido normas que impiden a elementos descalificados vociferar por ciertos medios, denuestos y dicterios que cobardemente profieren a las mujeres que hacen política o son familiares, ya que un sujeto conocido ampliamente por su conducta corrupta y vil que por una estación radial se dedica a injuriar a todo el que se le ocurre, y lamentablemente hasta ahora no se le ha puesto coto, salvo por ciertas amenazas de juicio que le hizo una magistrada de la provincia de Manabí. Felizmente, el pueblo los ha ubicado donde les corresponde.