Los impuestos que no se han impuesto a ciertas autoridades
Hace relativamente poco, el señor presidente Lasso promovió una Ley económicamente urgente que implicó el alza de impuestos y pasó por el Ministerio de la Ley tras la bochornosa (o sospechosa) actuación de UNES. En el mes abril, acusó a Fidel Egas de no pagar impuestos y no contribuir. Actualmente, ha nombrado nuevas autoridades; los medios difundieron sus declaraciones juramentadas de inicio de funciones de Contraloría, declaraciones de impuestos y otras informaciones. La situación vergonzosa: parecen deber dineros al Estado y/o no pagar impuestos. Basta con abrir la Ley de Régimen Tributario Interno para desbaratar sus excusas y entender su situación.
La pregunta que me atormenta: ¿el presidente solo condena los impuestos impagos de aquellos que no son sus amigos y obvia a los que no contribuyen si le simpatizan? No he podido dormir.
Francisco Javier Jaramillo B.
Ratificar al ministro del interior
El presidente Guillermo Lasso debe ratificar en el cargo a este patriota que ha cumplido a cabalidad con su trabajo, mismo que no les a gustado a los infiltrados, vagos, holgazanes e indígenas adoctrinados protagonistas del caos y destrucción en el ultimo paro, muy a pesar que el ministro Patricio Carrillo actuó con el castigo de numerosos literales que la constitución de Montecristi devela en favor de los inconformes, los violentos y personas que desean actuar cobijados por eventuales amnistías que tristemente promueven que estos episodios se repitan.
Estoy seguro que los ciudadanos de bien en este país esperamos con firmeza la consulta popular ofrecida por el gobierno; de esta forma algo se podrá reformar suprimir y vigorizar al rumbo que el Ecuador tome de aquí en adelante.
Andres Izurieta V.
¿Estamos enriqueciendo el conocimiento?
Actualmente, la tecnología permite el veloz acceso al universo del conocimiento, suceso que evoca la materialización de la ilimitada imaginación del ser humano, y el vuelo irrefrenable de su intelecto. ¡Cuán fácil y placentero resulta viajar por las redes y llegar a la información siempre disponible, y que se acrecienta vertiginosamente! Pero, la inmediatez que nos permite el teléfono móvil (por ejemplo), para comunicarnos y/o llegar a la información, ha trastocado el contacto que normalmente existía entre dos o más interlocutores al momento de una conversación -porque nos dábamos tiempo- haciendo uso de un léxico generosamente explícito y por qué no con ademanes y una que otra sonrisa, que ha sido reemplazada por la sensación de cercanía a través de la imagen, y tratándose de la expresión oral o escrita -con inusitada premura- de un lacónico texto conformado por monosílabos, códigos o términos ajenos al castellano, que han hecho suyo especialmente los jóvenes, y que ahonda más aún la brecha generacional y su intercomunicación. Además, los medios de comunicación -con excepciones- no están aportando de manera adecuada en las diferentes formas de expresión, de tal manera que los radioescuchas, televidentes y lectores confíen plenamente en el fondo y forma (sintaxis, ortografía, redacción) del contenido de sus “entregas”, y se nutran en un marco de veracidad, respeto y honestidad; para lo cual, los entes de control que regulan su vigencia, deberían intervenir. Surge entonces la preocupante incógnita: ¿Estamos enriqueciendo nuestro conocimiento o será solo una ilusión? Más fácil nos está resultando recurrir al dispositivo electrónico (con todas sus opciones, corrector ortográfico incluido), cuantas veces fuere necesario, para “tomar prestado” por un corto instante el conocimiento o para resolver temporalmente nuestras dudas.
Leonardo Cueva Piedra
El chiquitón
El fallecimiento de Marcelo, el “Chiquitón”, Holguín nos golpea duro. A familiares, amigos e hinchas del básquet, quienes tuvimos la suerte de conocerlo, admirarlo y aplaudirlo, dentro y fuera de las canchas del baloncesto. También en otras canchas, las de la vida común, del Quito de la segunda mitad del 20. El “Chiquitón”, apodado así por sus apenas 1,95 mts, brilló y dio un gran aporte al básquet de la época; inolvidables jornadas en el “Julio César Hidalgo”, junto al “PATALLUCHA” Cevallos, Rodrigo Burbano, Oswaldo Arroyo y Santiago Oleas, que formaron parte del equipo de LDU, llamado el Quinteto de Oro, en los tiempos de brillo del básquet de Pichincha y el país. Marcelo Holguín, por su calidad, varias veces fue el gran capitán de las selecciones de Pichincha y del Ecuador. Largo fue su trajinar por las canchas del básquet. En el fútbol también la tendría. Hincha apasionado de LDU, era el CAMPANERO que replicaba alentando al equipo de sus amores en las tribunas de los estadios del “Arbolito” y “El Batán”. Así como grande fue su paso por el deporte, grande como su estatura, fueron sus dotes como amigo, ser humano y persona. El Quito de antaño y algunas generaciones de quiteños nos deleitamos de haberlo conocido y admirado por su calidad humana, simpatía, porte y talante. En otras dimensiones, estará deleitando con sus mejores jugadas. Paz en su tumba… Tus amigos basqueteros del Parque Azcunaga.
Raúl Zambrano