Qué agotador y difícil trabajo.
Sí, me refiero al de los Agentes Metropolitanos de Tránsito que tienen que pasar 8 horas sin hacer nada bajo los semáforos que son los que ordenan el tránsito y, en cortos momentos, los agentes baten su mano a velocidad como que saludan a los conductores, después están chateando para luego juntarse a conversar con sus compañeros más cercanos y siempre es el semáforo el que trabaja en ordenar la circulación vehicular.
Cuando se hace congestión, entonces los agentes desaparecen del sitio y cada conductor sabrá cómo y cuándo sale del embrollo. Y no solo es un agente sino a veces hasta cuatro bajo cada semáforo.
Para personas trabajadoras como serían antes los hoy agentes de tránsito, es muy desagradable estar sin hacer nada; por eso es que digo que para ellos debe ser un difícil y aburrido trabajo.
Debe haber un Plan de Acción que Directores o Supervisores controlen que los agentes cumplan con firmeza.
Fuera de la Ciudad se ven carteles rimbombantes que anuncian “Escuadrón de Carreteras” y no he visto jamás una patrulla en las vías, como sí se ven hasta en las interminables carreteras que atraviesan el desierto peruano y ni digamos en otros países.
En definitiva, aquí el problema es que no hay el permanente, adecuado y firme control en calles y carreteras, por eso los conductores hacen lo que quieren y no solo lo que lo que la Ley permite.