Es plausible todo crecimiento e innovación al ornato de nuestras ciudades, más aún en Quito, hermosa capital de nuestro país y visitada por turistas y hombres de negocios. Soy un residente de la av. República de el Salvador y la verdadera realidad de dicha importante avenida, caracterizada por su mezcla comercial, especialmente hoteles y restaurantes, como residencial, dista mucho de lo mencionado en el reportaje del lunes, 23 de julio. El suscrito ha sufrido dos intentos de asaltos y un asalto. Los residentes del edificio donde vivo son, a cada rato, objeto de asaltos; en alguna ocasión a las siete de la noche, cuatro individuos sentados en un carro esperaron a que se bajara de un taxi un vecino, y lo encañonaron con ametralladoras y se le llevaron una laptop. En mi caso dos sábados atrás, a las 13:30, un individuo con un puñal en la mano intentó robarme y se fugó en una moto.
Hoy se han instalado unas bancas en las veredas de la avenida, que más bien sirven para que jóvenes en las noches se instalen a libar, o que los ladrones nos esperen cómodamente para robarnos a los residentes de la zona.
La Av. República de El Salvador tendrá una nueva cara cuando el tema de seguridad, para propios y extraños, sea resuelto con patrullaje policial constante, porque allí asaltan de noche y de día.