Editor deportivo
Twitter: @titorosalescox
Hernán Darío el ‘Bolillo’ Gómez es soberbio.
Se cree un sabelotodo y no admite observaciones ni sugerencias. Su comportamiento es el mismo del seleccionador Gustavo Quinteros, que vilipendiaba a quienes no coincidían con él.
El escenario para el entrenador es incómodo. Ahora carece de ese respaldo mediático e irrestricto de la dirigencia, como en las ocasiones anteriores. Lo único cierto que ha dicho es que el fútbol ecuatoriano cayó en un agujero. De eso no hay duda porque los expresidentes de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (Carlos Villacís y Luis Chiriboga) la administraron de acuerdo con sus conveniencias y la de algunos clubes.
¿Qué sería lo más sensato? Tal vez que el ‘Bolillo’ diera un paso al costado y que se contratara a un entrenador que plantee una línea ambiciosa de un proyecto que vaya de la mano con la dirigencia; de lo contrario, seguiremos en esos disparates y entuertos de declaraciones con términos de aprendices, antes de una Copa América.
El retorno del ‘Bolillo’ fue político antes que una apuesta a un plan deportivo. El anterior presidente, Carlos Villacís, lo trajo con el propósito de reelegirse y de cubrir los errores de su administración al no ir al Mundial de Rusia.
Es necesario que el seleccionador Gómez y la dirigencia reflexionen y tomen las mejores decisiones para el fútbol del país. Hay que apostar por un proyecto serio, el cual se sostenga en los próximos años.