Luis Zubeldía se quedó a las puertas de ser campeón por primera vez en su carrera. Y tampoco pudo entrar a la gloria de Liga, la cual le abrió las puertas a otros entrenadores como Edgardo Bauza y Manuel Pellegrini.
Pero no. Lo que parecía un camino expedito al título se transformó en una enorme decepción, que se explica en estas razones:
1. Falta de jerarquía
El entrenador, y quizás el equipo entero, careció de la jerarquía suficiente para sostenerse en la segunda etapa. Liga tuvo varias ocasiones para liquidar todo pero falló ante Liga de Loja, Mushuc Runa, Aucas (dos veces) y sobre todo Católica. Fueron muchas ocasiones botadas a la basura. No pudo recomponer el camino y llegó en peor forma que Emelec, a pesar de ciertos problemas físicos de algunos jugadores del Bombillo. Las dos finales demuestran que los azules estaban en subida y la U en serios líos para frenar su declive.
2. El lío del ‘Cachete’ Morales
El pésimo manejo de la lesión de Diego Morales en una de sus manos marcó un antes y un después. Frente a los malos partidos, la terquedad (¿y el pavor?) de Zubeldía por hacer jugar a Morales sin estar recuperado generó un cortocircuito con los directivos y el cuerpo médico, del cual Zubeldía no logró recuperarse.
3. Trapos sucios ante el público
Como consecuencia de lo anterior, hubo el distanciamiento con la cúpula y Rodrigo Paz terminó hablando mal de Zubeldía, calificado de “débil emocional” en público, lo que quemó al estratega ante el grueso del camerino y sobre todo de la hinchada. El anuncio de que Zubeldía se marcharía a México enturbió más el ambiente.
4. Refuerzos modestos
Juan Ignacio Cavallaro jamás fue un aporte de peso. Jonathan Álvez fue intermitente. Diego Morales se lesionó. No fueron los foráneos que esperaba Liga, que tampoco tuvo un 9 de área confiable.
5. La defensa decepcionó
Liga fue el mejor equipo de la primera fase gracias a su eficiente zaga. Pero la segunda fase representó un grave declive que Zubeldía no pudo corregir. Se pasó de recibir 0,45 goles por partido a 1,1. ¡Más del doble! A la larga, esto le costó perder los puntos que necesitaba para ser campeón sin necesidad de jugar las finales.