Comentarista
@guapodelabarra
El proverbial paladar fino de los hinchas de Liga de Quito, que todavía añoran a La Bordadora, los pases de Polo Carrera, los tiros libres del ‘Maestrico’ Escobar y el 7-0 al Emelec de Kaviedes, ha hecho perder de vista que, en realidad, este año ha sido estupendo para la U.
El 2018 ha estado marcado por las críticas al estilo de juego ‘resultadista’ del equipo, tirado atrás a la espera del contragolpe, lejos del preciosista trato a la pelota. Pero la realidad es que Liga ha registrado una campaña sensacional: desde el 2010, cuando fue campeón, Liga solamente pudo rebasar dos veces la barrera de los 80 puntos en el año. Una fue en el mismo 2010. La otra fue en el 2015, en que alcanzó el subcampeonato.
Aunque al final el título se termine esfumando, de todos modos la campaña es tremendamente positiva, sobre todo si recordamos cómo han sido los últimos años de Liga de Quito. Refresquemos la memoria: coqueteos permanente en la zona del descenso; refuerzos extranjeros que, por su improductividad, resultaban costosísimos lujos; estrés entre los dirigentes y campañas por debajo de la expectativa. La peor de la década fue justamente la del 2017, con solo 54 puntos recolectados.
En este año, casi todo ha sido superlativo. Se regresará a la Copa Libertadores y se derrotó a Barcelona SC y Emelec en Guayaquil, y solo con eso, el balance ya debería colmar a los hinchas. Pero también se vio que el equipo superó la rocambolesca salida de Hernán Barcos y ha dado pelea a lo largo de la segunda fase; hubo cotejos malos y errores garrafales, pero la entrega general del plantel no se discute. También se superó una crisis dirigencial entre ‘futbolistas’ y ‘saunistas’ que pudo haber destruido (sí, destruido) a Liga en el corto plazo, con cantos de sirena desde Dubái. Y la jugada de los 100 años del Club Universitario fue un triunfo del marketing.
El título solo sería un cierre redondo de un año que fue muchísimo mejor a lo que todos pensaban.