Dicen que a los escritores se los conoce más por lo que han tachado que por lo que han publicado. Aplicándolo en el fútbol de Ecuador, el DT Gustavo Quinteros deja en claro lo que desea al seguir tachando a jugadores que no están en su órbita y que quizás jamás lo estén.
Quinteros, tras su victorioso debut ante Argentina y Bolivia, ha ganado un inmenso crédito en la opinión pública para insistir en sus ideas de presión desde arriba, bandas conquistadas por jugadores de ida y vuelta y contundencia al definir, procurando que la pelota esté lejos del área que defiende Alexander Domínguez.
Con la nueva convocatoria para medirse con los charrúas, el estratega delata que no confía en lo que no ve. Y que tampoco está tan dispuesto a experimentar con un hervor de alguna figura, por más bueno que sea su momento. Por eso sigue apostado por su núcleo central: Dida, Erazo, Achilier, Pedro Quiñónez, Juan Carlos Paredes, Cristhian Noboa, Walter Ayoví, Miller Bolaños y hasta Fidel Martínez, desde antes de la Copa América. Y por eso no se anima a llamar a otros que no encajan en su filosofía, su esquema o simplemente su gusto.
Eso explica por qué no se convoca a José Cevallos hijo, reemplazo natural de Noboa pero, con 20 años, puede esperar pues también están Gaibor y Gruezo, con más recorrido pero que tampoco han sido llamados. Por lo mismo se llama a Jefferson Orejuela, reemplazo natural de Segundo Castillo y que deberá tener paciencia.
Aunque se pusieron de moda este mes por sus goles, Quinteros no quiso llamar a Bieler (aunque reconoció que lo sigue de cerca, ¿una mentira blanca?) ni a Garcés. Prefiere a José Angulo, al que mira cada semana y al que podría moldear con más facilidad que a otros, al igual que hizo Reinaldo Rueda con Énner Valencia.
Con esta nómina también queda claro que gente como Joffre Guerrón nunca pero nunca tendrá un lugar en este proceso, sin importar su nivel. Si Dinamita hubiera encajado o no ya nunca se sabrá y las palabras siempre estarán cargadas de especulación. Pero, como se dijo al inicio, tachar es parte del oficio y Quinteros ya tiene clara su apuesta. En total, solo 30 han jugado con Quinteros desde que dirige a la Tricolor. Ellos son sus muchachos y por ellos se las juega.