La impaciencia comienza a hacerse sentir entre los hinchas de Liga de Quito. Se percibe un desconcierto general por los resultados que ha obtenido un cuadro que, nombre por nombre, desde el entrenador hasta el último suplente, luce para al menos estar entre los tres primeros del Campeonato. Pero no: la Liga de Claudio Borghi no puede ganar, no puede gustar y en Copa, hasta la golean. Algo no está bien en la U, algo está roto y es urgente que el director técnico lo arregle cuanto antes.
Hay voces que opinan que el planteamiento de Borghi ha sido el correcto, incluso en la paliza que Gremio le propinó por la Libertadores. Es rescatable, dicen, que el equipo busque el resultado, que sea ofensivo, que no se refugie, que hasta ahora todos los cambios fueran para (intentar) ganar los partidos y no para encerrarse. Pero quizás la realidad es que Liga no está lista para renunciar al ‘baucismo’, que como método defensivo le dejó grandes triunfos, casi irrepetibles. Sí, Liga con Bauza era ‘práctica’ y algo desangelada, pero se cosechaban los puntos, se daba pelea, había respeto. Ahora queda la impresión de que la U no asusta mucho.
También es verdad que Borghi es rehén de lo que le pudieron conseguir. ¿Contratar un delantero de Selección que no pueda jugar la Copa? ¿Llenarse de volantes y no conseguir un 9? ¿Consumir toda la cuota de extranjeros sin ningún definidor? ¿Renovar con una serie de veteranos que alargan demasiado el equipo? Pero hay cositas que el entrenador no atina, como eso de mandar a Vega como carrilero cuando rinde mucho más como 5, o transformar a Luis Bolaños, un hombre con vocación de gol, en marcador neto. Tampoco luce claramente cuál es el puesto de Brahian Alemán en la cancha y es más oscuro aún el uso de José Francisco Cevallos hijo. Todo en Liga es extraño y sin resultados los experimentos no alcanza credibilidad.
A propósito, es alarmante el bajón de jugadores que el año anterior fueron cracks, como Cevallos, ‘Choclo’ Quinteros y Luis Romero, actualmente todos por debajo de lo que mostraron en el 2015, cuando pedían un puesto en la Tricolor. Ahora no están ni para suplentes.
Se verá qué hace Borghi para superar este mal inicio de año, que tiene a todos los albos preguntándose si el argentino está fracasando en Liga de Quito.