Yasuní
Armadillo no está en la Zona Intangible del Yasuní, un territorio de 758 051 hectáreas para precautelar la vida de pueblos no contactados tagaeri y taromenane y de la fauna y flora de la reserva de biosfera. Armadillo está en el Territorio Waorani, colindante, en la Amazonía de Ecuador. Pero ha sido espacio de los pueblos ocultos también llamados aislados.
Los ataques con lanzas dentadas, en reacción defensiva a las actividades extractivas, dan cuenta de su presencia en la zona, con cinco muertos, entre madereros y colonos, entre 2005 y 2009. Por esa causa el Estado prohibió en 2009 la explotación petrolera hasta que en 2013 el Ministerio de Justicia mostró un mapa a la Asamblea sin incluir a Armadillo como área de influencia.
El mapa buscó descartar presencia tagaeri y taromenane en el Yasuní ITT, pero también en otros campos paralizados, como el bloque 55 (Armadillo). ¿La economía por encima de la protección de una población vulnerable? Como regían (rigen aún) medidas cautelares a favor de esos pueblos, solicitadas en 2006 por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el Estado dijo un año después que cumplía su parte, en estos términos:
“El área donde se ejecuta el Plan de Medidas Cautelares corresponde al espacio en que se encuentran los pueblos en aislamiento. En esta circunscripción se encuentra el Parque Nacional Yasuní y su Zona de Amortiguamiento, así como también la Zona Intangible Tagaeri-Taromenane y el territorio de la Reserva Waorani”.
¿La Zona de Amortiguamiento es espacio de los no contactados? Sí. Al menos eso dijo Ecuador, tal como se recoge en el informe CIDH No. 96/14 del 6 de noviembre del 2014. Por ello, sorprende que este 2018 la estatal Petroamazonas incluyera a la Zona de Amortiguamiento del Yasuní en su plan para explotar el campo petrolero Ishpingo (del ITT). Señores, son entendibles las urgencias económicas después de años de dispendio y corrupción, pero ningún ajuste de mapas justificará otra falta de coherencia con los tagaeri y taromenane.