Análisis internacional

La columna se enfoca en alguno de los más importantes temas de la semana de impacto mundial y latinoamericano. Aspectos políticos y de coyuntura con fuentes de medios internacionales acreditadas. Otros artículos del autor: http://bit.ly/GnzloRuiz

Gonzalo Ruiz Álvarez

Gonzalo Ruiz Álvarez es Subdirector Adjunto de este Diario desde 2008. Ha sido articulista de opinión en EL COMERCIO desde 1991. Dirige el espacio de opinión matutino en Radio Quito y Platinum FM. Ha trabajado en radio y TV desde 1978.

Ortega ofrece abrir un diálogo tras las elecciones tramposas

La burla como expresión del cinismo político es moneda común en la Nicaragua sandinista. Esta semana el Consejo permanente de la Organización de Estados Americanos, OEA, hizo un severo llamado de atención a la situación. 21 países entre ellos Ecuador se pronunciaron por la condena. Un puñado se abstuvo y otros, más claramente alineados con Ortega Saavedra, votaron en contra.

Mientras el comandante Ortega no deja de apresar a opositores - ya hay cuatro candidatos presidenciales, hasta trece dirigentes, entre ellos un ex vicecanciller sandinista y un ex embajador en Washington - entrega una opción como premio consuelo. Luego de las elecciones de noviembre llamará a un diálogo. Es decir, leyendo su mensaje, una vez que triunfe en las urnas, ya que sus principales opositores están presos, allí sí llamará a un diálogo. Ya sucedió en las protestas de hace dos años donde estudiantes y sectores sociales se juntaron, cayeron a tiros a decenas de personas. Dialogaban mientras la represión no cesaba. Es un montaje vil que no tiene presentación; juega Ortega con la palabra diálogo. Compañeros de lucha guerrillera como Víctor Tinoco - su canciller - o Dora María Téllez o Hugo Torres, quien salvó la vida de Ortega, ahora están detenidos.

Acusan de traición a la patria a Cristiana Chamorro, la hija de la ex presidenta Violeta Barrios; a Félix Maradiaga, ambos señalados por sus contactos con fundaciones que reciben apoyo del exterior. Un pecado que Ortega no perdona. Solo se perdona a sí mismo cuando el FSLN tenía línea abierta con la URSS, apoyo de la Internacional Socialista.

Para María de Los Ángeles Montalván, profesional y activista de los Derechos Humanos, ‘defender las garantías de los derechos humanos constitucionales y universales es el principal instrumento para divulgar los derechos de los ciudadanos frente al abuso de la administración ejecutiva, legislativa, judicial y electoral’.

Para el político Agustín Jarquin Anaya, que militó en la Democracia Cristiana y fue legislador con el FSLN y es ahora opositor, ‘la incertidumbre caracteriza la crisis nicaragüense: El régimen de Ortega ha ido cerrando con dureza los espacios políticos democráticos, pero mantiene el apoyo de la Policía, del Ejército, de la estructura beligerante de su Partido, FSLN, cuenta con USD 600 millones (que recibió a fin del 2020 del Banco Mundial, BCIE, BID y otros organos de cooperación) y al menos el 20% del respaldo ciudadano. Es un gran desafío para la oposición política, la empresa privada nicaragüense, y la Comunidad Internacional (Administración Biden, OEA, Unión Europea y entes de Derechos Humanos).’ De todos modos mantiene la esperanza de que haya un diálogo y una mediación internacional.

Para el Secretario General del Partido Conservador, hoy proscrito, Marvin Martínez, ‘no existen condiciones para ir a las elecciones. Están presos candidatos por desafiar al régimen y competirle para la Presidencia. En Nicaragua hay que salir a votar para vivir libres. La libertad de hoy es el desarrollo de nuestra Nicaragua mañana’. Veremos…