Los encuentros se realizan a través de plataformas digitales que se usan desde el celular o computadora. Foto: Cortesía Club Mitra
Los adultos mayores se han hecho espacio en el mundo ‘online’. Para muchos de ellos, unirse a la videollamada es un logro y representa el primer estímulo para asistir a clubes o talleres en línea. En Ecuador, han nacido algunas iniciativas con el fin de servir al grupo más afectado durante la pandemia. Hasta mediados de marzo, en el país funcionaban con normalidad clubes para adultos mayores, pero todo cambió con la pandemia.
“No pueden dejarnos encerrados”,decían los socios del Club Vivemás, ubicado en Cumbayá, recuerda María Leonor Viteri, una de las fundadoras del grupo.
Este espacio continuó con las actividades mediante plataformas electrónicas. La mayoría de socios rechazó la propuesta por temor a la tecnología y solo seis personas se unieron a la primera clase. Sin embargo, poco a poco se han sumado integrantes.
Ellos tienen un programa que se realiza a diario. El primer momento es de socialización y luego se inician las clases de ZumbaGold, pilates o yoga. La segunda hora es para talleres de literatura, musicoterapia o paseo por la historia. Los socios pueden registrarse por días o solo a ciertas clases.
Mi Segundo Hogar, en Quito, ofrece un encuentro cada jueves. Paola López, coordinadora administrativa, cuenta que se realizan movimientos de relajación, estiramiento y respiración con adultos mayores. Después se hacen ejercicios cognitivos lúdicos, y se trabaja en las emociones. Para eso, antes de la clase los participantes escriben sobre un tema, como la rabia o el niño interior, y en las reuniones discuten sobre estas cuestiones.
Novavida, en Guayaquil, creó un plan de tres veces por semana. Cada clase arranca con estimulación cognitiva. A través de lecturas o ejercicios matemáticos simples “se busca activar ciertas áreas del cerebro de los adultos mayores”, explica Nicole Dib, administradora. Después se realizan actividades como baile, bingo o arte, entre otros.
La experta en gerontología explica que estos encuentros tienen efectos positivos en los adultos mayores. Uno de ellos es crear un espacio para conversar, expresar sentimientos y compartir cosas en común. Además, el hecho de que las reuniones sean en línea ha permitido que personas de otras provincias y de otros países también accedan a estos servicios digitales.
El Club Mitra, que se ubica también en Quito, ofrece clases de actividades físicas en la mañana y cognitivas en las tardes. María José Ollague, directora y fundadora, dice que las personas recién inscritas reciben una clase de uso de Zoom. “La sensación de los adultos mayores de aprender a usar la tecnología es de logro”, asegura Ollague.
Disciplinas como yoga, ZumbaGold, pilates y danza-terapia son parte del programa matutino. Las tardes están destinadas al trabajo directo con psicólogos, actividades de agilidad mental y arte.
Asimismo, se realizan encuentros virtuales con invitados especiales con quienes pueden despejar sus dudas sobre música, literatura o belleza, o simplemente entretenerse desde casa. De esta manera, este público encuentra una manera nueva para sobrellevar el aislamiento.